cereales y legumbres para la alimentación infantil en las proporciones que
aseguren la mejor calidad aminoacídica y biológica, con miras a disminuir
los elevados índices de desnutrición infantil” (p. 370).
Por lo anterior, la búsqueda de proteínas vegetales alternativas de fuentes
locales puede representar un tema interesante para ser abordado desde la
investigación exploratoria; tal es el caso del aprovechamiento de las hojas
de yuca, residuo no valorizado de la producción de la raíz, cuyo cultivo,
industrialización y consumo fue declarado en el año 2021 de interés público
por el Gobierno de la República (Presidencia de la República de Costa Rica,
2021).
En el año 2021, la producción mundial de raíz de yuca fue de 315 millones
de toneladas, de las cuales, un 65% se sembró en África; en cuanto a su
consumo, debido a su alto contenido de almidón, constituye la cuarta
fuente más importante de calorías para la población humana, por lo que
se considera uno los pilares de la seguridad alimentaria, sobre todo en
países pobres, sin embargo, pese al importante aporte energético, no
posee atributos nutricionales adecuados para una dieta balanceada (Díaz
y López, 2020; Centro de Cooperación Internacional en Investigación
Agrícola para el Desarrollo [CIRAD], 2023) .
A nivel mundial, la yuca se considera un cultivo familiar con niveles muy
bajos de insumos (CIRAD, 2023); en Costa Rica es sembrada
principalmente por pequeños y medianos productores en zonas rurales,
mayoritariamente en las regiones Huetar Norte, Huetar Atlántica y Brunca
(Aguilar et al., 2017). En el año 2022, un 79,7 % de la venta de yuca se
realizó al por mayor (Instituto Nacional de Estadística y Censos [INEC],
2023), como una materia prima genérica para su posterior
industrialización, por lo que la búsqueda de alternativas que agreguen
valor a las cosechas puede tener un impacto positivo en la mejora de la
calidad de vida de estas poblaciones.
Se ha reportado que la raíz de la yuca tiene un contenido de proteína
relativamente bajo, de alrededor de 3,67 % (López et al., 2019); sin
embargo, hay estudios que mencionan que el contenido proteico de las
hojas frescas es de 12 - 38 % (Latif & Müller, 2015; Gómez et al., 2016;
Aguilar et al., 2017; Abrafi, 2021). Un estudio realizado por Ospina (2017)
utilizando 112 genotipos de yuca, reveló que las hojas contienen
aminoácidos como: valina, leucina, fenilalanina y lisina, y, bajos niveles
de metionina e isoleucina; el estudio evidenció, además, que las hojas son
fuente importante de carotenos (moléculas precursoras de vitamina A),
otras vitaminas y minerales; por su parte, Bradbury y Denton (2014),
señalan que son deficientes en los aminoácidos metionina y cisteína.