Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
6
Artículos
Resumen
Hace miles de años surgió la vida en nuestro
planeta, desde entonces los seres vivos cuen-
tan con un aliado que hasta la fecha ha sido
inseparable, este gran aliado es el aprendizaje.
Los dos grandes actores de este ensayo son los
seres humanos y su entorno natural; este último
es un punto clave para conocer el aprendizaje
y sus múltiples usos en la vida cotidiana. En el
entorno natural, seres complejos vivos e iner-
tes complejos son capaces de autoorganizar-
se para estar en constante armonía-caos con
el resto de su ambiente, sin necesidad de un
mediador. En el caso de los seres humanos, el
aprendizaje se propicia a través de la sociali-
zación como en comunidades aprendientes.
El conocimiento humano nace, principalmen-
te, en colectividad, es decir, mediante su inte-
racción con la otredad. En general, todo ser
viviente aprende por medio de sus sentidos de-
bido a su inteligencia plástica. La creatividad
nos lleva, también, a descubrir nuevas formas
de pensamiento. Así mismo, la inteligencia hu-
mana ha dado paso a la vida e inteligencia
artificial. Estos sistemas complejos artificiales lo-
gran modelar algunas características humanas
como la autoorganización, la autonomía y el
aprendizaje, en muchos casos por sus propios
mecanismos.
Palabras clave: aprendizaje, autoorganiza-
ción, naturaleza, conocimiento, inteligencia
artificial.
Abstract
Thousands of years ago life arose on our pla-
net. Since then living beings have an ally that
has so far been inseparable. This great ally is
learning. The two great actors in this essay are
human beings as part of nature and its natu-
ral environment, the latter being a key point to
know learning, and its multiple uses in everyday
life. In the natural environment, living beings
and complex inert can self-organize to be in
Melissa González Castro
https://orcid.org/0000-0003-4269-5579
Artículo
Vivir para Aprender-Aprender para Vivir Mejor
Christian Peñaranda Castro
https://orcid.org/0000-0002-6756-9184
Live to Learn-Learn to Live Better
mgonzalezca@utn.ac.cr
pastiman1010@hotmail.com
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
7
Artículos
constant harmony- chaos with the rest of their
environment, without the need for a media-
tor. In the case of humans, learning is facilitated
through socialization as in learning communi-
ties. Human knowledge is born mainly in co-
llectivity, that is, through its interaction with the
otherness. In general, every living being learns
through his senses because of his plastic intelli-
gence. Creativity also leads us to the discovery
of new forms of thought. On the other hand,
human intelligence has resulted on artificial in-
telligence and artificial life. These complex ar-
tificial systems manage to model some human
characteristics such as self-organization, auto-
nomy, and learning, in many cases by their own
mechanisms.
Keywords: learning, self-organization, nature,
knowledge, artificial intelligence
Introducción
Desde la antigüedad, el ser humano ha pres-
tado especial atención a la dicotomía cuer-
po-mente. La cualidad de la inteligencia y ra-
cionalidad se atribuían a la grandiosa máqui-
na del cerebro humano. Inclusive, se llegaba
a afirmar que la especie humana era la única
especie pensante debido a su cerebro racio-
nal, sin embargo, en la actualidad, los avances
de la biología han mostrado la inteligencia de
otras especies como en las plantas y bacterias,
las cuales sin necesidad de un cerebro racio-
nal pueden interactuar y tomar decisiones im-
portantes para su sobrevivencia.
Así mismo, la Neurología aún no termina de ex-
plorar el vasto universo de la mente humana,
aunque este misterio continúa, existe la certe-
za de esa inteligencia en las plantas, las cua-
les sienten, escuchan, se estresan, piensan, no
con un cerebro, sino con una mente que no
logramos comprender. Un claro ejemplo de
la inteligencia y el aprendizaje en la flora su-
cede cuando una planta que está en plena
oscuridad logra moverse hasta la copa de un
árbol para recibir luz solar, protección, agua,
entre otros elementos. En el caso de la planta
el aprendizaje no modifica solo una conducta,
sino que modifica todo el sistema. No es sola-
mente una asociación o conexión la que está
siendo forzada, aunque suceda, si no otras
conexiones se están modificando en el mismo
momento. Ciertamente, en el ejemplo ante-
rior, hubo una comunicación entre el suelo,
temperatura, árbol y planta, la cual fue hecha
por procesos químicos y ambientales.
Lo descrito anteriormente no fue un proce-
so rápido, sino fue el resultado de un periodo
largo y evolutivo. A este evento, Glansdorff y
Prigogine (1971) lo llamó “sistema disipativo”
en su reconocida Teoría de la Termodinámica.
Los sistemas disipativos se pueden definir como
aquellos sistemas que entran en un período de
caos de las moléculas para provocar que estas
busquen una manera de equilibrarse y culmi-
nen en estabilidad molecular. Estos procesos
de caos y orden crean resonancia magnética
dentro de los ambientes naturales, de tal forma
que el autoaprendizaje que se produce puede
seguirse reproduciendo de especie en especie
y de generación en generación. En el siguien-
te apartado, sobre el fundamento teórico, se
ahonda en la definición de autoaprendizaje
y mediación pedagógica, así como en su im-
pacto en la vida cotidiana y en los entornos
naturales.
Fundamento teórico
Mediación pedagógica vs. autoaprendizaje
Un tema que ha causado la división de los ex-
pertos en bioaprendizaje es si para aprender se
necesita de un mediador. Por tales razones, se
presentan algunos puntos de vista sobre apren-
dizaje de los seres vivos en la naturaleza. De tal
manera que hay ciertas conductas visibles de
la vida animal, donde se necesita de un maes-
tro para aprender y sobrevivir en el medio am-
biente. Tal es el caso del gorila de montaña, la
madre enseña al bebé durante un periodo de
dos años conductas de socialización que debe
respetar. Se orienta para que pueda diferen-
ciar entre ciertas hierbas venenosas y las que
son comestibles. Además, la manada enseña
a todos los miembros que la unión hace la fuer-
za, para combatir posibles amenazas de otras
criaturas menos “complejas” que mamíferos.
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
8
Artículos
El aprendizaje es un tema de discusión, ya que
algunos científicos afirman que ciertas espe-
cies no aprenden, sino solo se dejan guiar por
instinto. En este sentido, las serpientes son un
ejemplo de criaturas que no necesitan un mo-
delaje para adquirir conocimientos, ni apren-
den por instinto, ya que estas especies al na-
cer inmediatamente cazan y buscan refugio.
El medio ambiente que rodea a las serpientes
es el encargado de enseñarle a cazar, huir de
enemigos y la forma de reproducción, pero la
serpiente aprende del suelo, la temperatura
ambiental y los otros seres vivientes. Estos rep-
tiles son sistemas complejos aprendientes, aun-
que se crea popularmente que los mamíferos
son los más evolucionados; por lo cual se pue-
de afirmar que las dificultades enfrentadas por
otras especies para vivir mejor resultan en un
aprendizaje más complejo y retador.
El ser humano es un ser social, las caracterís-
ticas biológicas son compartidas por todos
hasta la actualidad. La conciencia y lo mental
pertenecen al dominio de acoplamiento social
y es ahí donde surge su dinámica. “Todo acto
humano tiene lugar en el lenguaje. Todo acto
en el lenguaje trae a la mano el mundo que
se crea con los otros en el acto de conviven-
cia que da origen a lo humano” (Maturana y
Varela, 1999, p. 163). Por lo que, el aprendizaje
se propicia mejor a través de la socialización,
comunidades aprendientes como en la fami-
lia, escuela, amigos, entre otros; sin embargo,
toda regla tiene sus excepciones, hay personas
que han aprendido por sí solas y han produci-
do nuevo conocimiento. ¿Cómo lo hacen?
¿Es posible aprender por sí solo?
Así mismo, Ranciére (2003), en su libro, ilustra las
experiencias del pensador del siglo XIX Joseph
Jacotot, quien plantea que en tiempos de la
Revolución Francesa “se podía aprender sólo y
sin maestro explicador, cuando se quería o por
la tensión del propio deseo o por la dificultad
de la situación” (p.10). El aprendizaje autóno-
mo es posible en la medida que el individuo
tome una información, la convierta en cono-
cimiento nuevo y, a la vez, que este nuevo
conocimiento pueda transformar su entorno.
Por lo que asombra ver que el libanés Ziad Fa-
zah habla y entiende 59 idiomas y la mayoría
los aprendió por sí solo. Otro ejemplo en esta
línea se trata sobre el niño encontrado en 1800
en los bosques de Francia, salvaje y desnudo
contra el mundo, que aprendió a sobrevivir en
la selva, a recolectar semillas y construir refugio.
Aprender para vivir
Las múltiples formas de aprendizaje han evolu-
cionado desde el origen de la especie huma-
na. En los últimos dos siglos, el deseo de cono-
cer, explorar y estudiar todo lo posible ha hecho
que la humanidad aprenda de otras formas a
las conocidas en el pasado. El ser humano em-
pieza a aprender gracias a la capacidad de
admiración desde que está en el vientre de la
madre. Tomás de Aquino decía que el asombro
era el principio del conocimiento. El asombro
es definido como “una emoción de trascen-
dencia personal, un sentimiento de admiración
y elevación frente a algo que supera a uno”
(L´Ecuyer, 2012, p. 24). Por medio de su men-
te intuitiva, la persona infante aprende desde
edades tempranas, algunos sonidos y sabores
de lo que la madre come, también, logra iden-
tificar diferentes idiomas y hasta saber cómo
está su madre (relajada, dormida, asustada,
entre otros). Después de nacer, esta persona
aprende desde su corporeidad y experiencia,
porque sus sentidos están predispuestos bioló-
gicamente para tomar lo nuevo, interpretarlo
y, posiblemente, transformarlo para tener éxito
en el ambiente que se encuentre.
Assman (2005) insiste en el placer de aprender
como una de las tesis básicas para reencan-
tar la educación. Se aprende no solo con el
cerebro, ni únicamente en la escuela, puesto
que se desarrolla conocimiento durante toda
la vida y mediante todas las formas de vivir, ya
que se adquieren nuevas habilidades, destre-
zas o conductas de observación con el apren-
dizaje, probablemente, gracias a la plastici-
dad corporal. Los humanos están siempre en
un constante proceso de búsqueda de cono-
cimiento, este se realiza por medio de la cog-
nición, la cual consiste en resolver problemas
guiados perceptivamente.
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
9
Artículos
Freire (1975) expresa que “en el proceso de
aprendizaje, solo aprende verdaderamente
aquel que se apropia de lo aprendido, transfor-
mándolo en aprehendido con lo que puede,
por eso mismo reinventarlo” (p. 28), mediante
la experiencia novedosa, permitiendo ver que
como humanos solo tenemos el mundo que
creamos con los otros, y así podemos llegar al
aprendizaje, “ya sea porque razonamos hacia
ello, o bien, y más directamente, porque algu-
na circunstancia nos lleva a mirar al otro como
un igual, en un acto que habitualmente llama-
mos amor” (Maturana y Varela, 1999, p. 163).
Las personas aprendientes requieren adqui-
rir nuevas formas de pensar, actuar, sentir en
el convivir diario por medio de actitudes, va-
lores, habilidades y destrezas, para articular
situaciones de aprendizaje que le permitan
asimilar, desarrollar y aplicar en la práctica lo
aprendido; “Sólo cuando la inteligencia ope-
ra de manera libre y creativa puede la mente
abandonar las estructuras de categoría rígi-
das y ser, por tanto, capaz de comprometerse
en la formación de nuevos órdenes” (Bohm y
Peat, 1988, p. 133), de esta manera, se pueden
apropiar de un conocimiento no fragmentado
y como aprendientes encontrar sentido a sus
aprendizajes, desarrollar sus propias capacida-
des y dotar de significado sus acciones, con
una actitud de aprendizaje significativa, conti-
nua y permanente.
Por lo que aprender es un proceso creativo y
se autoorganiza, si no se es creativo, se disipa,
lo que le da cabida a la fosilización de las ha-
bilidades del aprendiente; “La percepción sen-
sitiva se halla fuertemente determinada por la
disposición global de la mente y el cuerpo [...]
y de manera significativa con la totalidad de
la cultura y la estructura social” (Bohm y Peat,
1988, p. 77); todos somos creativos, esta es
una habilidad que se desarrolla durante toda
la vida, por eso, al compartir el conocimiento
en la incertidumbre, las personas se preocu-
pan por mejorar su reflexión cognoscitiva. “Lo
que se necesita no es sólo una oleada crea-
tiva, sino un nuevo orden de oleada creativa,
un orden que sea extensivo a la ciencia, la
cultura, la organización social y el conocimien-
to” (Bohm y Peat, 1988, p.233). De este modo,
las sociedades se cuestionan aún más por lo
que sucede en sus zonas de desarrollo próxi-
mo, dando como resultado personas creativas
y aptas para encontrar distintas alternativas a
sus conflictos y resolver los problemas cotidia-
nos de forma práctica.
Vivir de forma autoorganizada
La humanidad se ha caracterizado por preo-
cuparse por la calidad de vida de sus habitan-
tes, por tal motivo temas como la medicina,
economía y seguridad social son solo algunos
ámbitos donde el ser humano se ha focaliza-
do en sociedad. La poiesis y autoorganización
humana les ha permitido a las personas po-
tenciar y mejorar su calidad de vida, por eso
como parte de su autoorganización, el ser hu-
mano ha desarrollado la inteligencia y la vida
artificial, los cuales son dos términos que tienen
semejanzas y diferencias.
Por un lado, en términos informáticos se puede
decir que, “la inteligencia artificial es una rama
de la computación y relaciona un fenómeno
natural con una analogía artificial a través de
programas de computador” (Movetia, 2018).
La vida artificial, por otro lado, es el estudio de
los sistemas artificiales que exhiben propieda-
des similares a los seres vivos, a través de mo-
delos de simulación. En virtud de lo anterior, se
pretende crear vida, mediante la imitación de
procesos y comportamientos de los seres vivos,
todo esto con el fin de solucionar problemas
del mundo real.
Uno de los grandes desafíos para la creatividad
humana, con respecto al tema de la inteligen-
cia artificial es que las máquinas aprendan por
sí solas, a este mecanismo se le conoce como
aprendizaje automático. En la actualidad, se
emplea este tipo de inteligencia para ayudar
a las personas en situaciones cotidianas, por
ejemplo, estafas con tarjetas de crédito, mer-
cado de valores, reconocimientos del habla y
lenguaje escrito, juegos y robótica. En el cam-
po educativo, la inteligencia artificial ha bene-
ficiado a la generación Z también conocida
como generación V (en referencia a virtual),
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
10
Artículos
quienes pueden aprender otros idiomas no so-
lamente con la ayuda de sus docentes, sino
con el uso de software especializado o con los
famosos robots, los cuales pueden incluso mos-
trar conductas humanas como sentimientos,
dolencias, entre otros.
Así mismo, se puede afirmar, que estos nuevos
programas son tan tecnológicamente avan-
zados que simulan razonar, resolver problemas
y autoorganizarse para suplir las demandas
de los usuarios. Ahora bien, aparte de tantas
ventajas que nos ofrecen, también se pueden
mencionar algunas desventajas. Ciertamente,
con tanta tecnología disponible, parece que
las generaciones actuales han perdido algu-
nos rasgos como su inteligencia espacial. Por
ejemplo, los conductores ahora emplean la
aplicación Waze hasta para recorrer cortas
distancias de dos kilómetros.
Por consiguiente, recordar, asociar y reflexionar
son características que el ser humano ha ido
dejando de lado por su dependencia al uso
de tecnologías. En el campo afectivo, actual-
mente, se ha debilitado la interacción cara a
cara debido a una nueva necesidad del ser
humano a su interacción por medios digitales.
Esta dependencia de estar conectados, por
medios virtuales se ha catalogado como una
enfermedad llamada nomofobia (adicción al
teléfono).
El aprendizaje de lo no viviente
En el campo de la vida artificial existen dos
opciones para la investigación y el desarrollo,
una de ellas considera la vida artificial como
las herramientas necesarias para estudiar el
mundo natural, mientras que la otra se centra
en la idea de que se pueden diseñar progra-
mas, los cuales, ejecutados correctamente,
constituyen una forma de vida por sí misma.
La vida artificial es creativa, aunque parezca
ficción, se autoorganiza, por ejemplo, un mini-
corazón, creado por ingenieros de la Universi-
dad de California, puede establecer equilibrio
con el “cuerpo nuevo” siendo capaz de evolu-
cionar y autoorganizarse para latir con menos
frecuencia (cuando se duerme) o tener un au-
mento cardíaco (cuando se ejercita o ante en-
tornos peligrosos). En resumen, tanto la vida e
inteligencia artificial son capaces de aprender,
evolucionar y autoorganizarse por sí mismas, no
exactamente como los seres vivos, pero sí muy
similar.
Dado lo anterior, es difícil afirmar que “lo vivien-
te no aprende”. Tanto humanos como su en-
torno se retroalimentan continuamente hasta
la muerte. Este proceso de supervivencia se da
constantemente para mejorar la calidad de
vida, ser mejor persona, combatir guerras, virus
y catástrofes; en fin, para lo bueno y lo malo.
La naturaleza se reinventa para darnos co-
nocimiento, abrigo, alimento y refugio, por lo
cual, sin entornos naturales esto no se lograría.
Estos procesos evolutivos, no necesariamente
necesitan de un mediador, aunque la figura
mediadora nos ayuda a reflexionar sobre nues-
tra toma de decisiones, “El conocimiento se ali-
menta de sí mismo para seguir conociendo y
es la base de una innovación universal: la crea-
tividad humana” (Wagensberg, 2004, p. 76),
es decir, la mente humana aprende desde el
asombro y así es capaz de crear conocimiento
nuevo, más complejo.
En resumen, se puede observar que entre más
grande sea la chispa curiosa de aprender,
mayores serán los resultados positivos para las
personas, las poblaciones y los entornos, en ge-
neral. La humanidad solo debería detener su
aprendizaje cuando este sea para fines des-
tructivos como en las guerras o en la destruc-
ción de la vida silvestre.
La madre tierra, en términos generales, es au-
topoiética, capaz de crear y cocrear lazos de
resonancia magnética durante toda su vida.
Estas vibraciones magnéticas, a su vez, son
las encargadas de transmitir los patrones de
aprendizaje de generación en generación.
Los seres humanos como seres creativos tienen
la especial misión de cuidarse y proteger todas
las redes de vida a su alrededor. Para esto, se
hace necesario profundizar en investigaciones
de estilo biopedagógico, con el fin de heredar
a las nuevas generaciones un discurso ético,
político y estético, que siga esta línea de pen-
sar en armonía con su medio.
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
11
Artículos
Conclusiones
El aprendizaje sucede cuando la persona es
capaz de apropiarse de significados para lue-
go poder relacionar estos con otros elementos
de su entorno, por esto, se aprende para vivir
mejor, para tener mejor calidad de vida. La hu-
manidad aprende, primordialmente, de la na-
turaleza (viviente e inerte) siendo la naturaleza
“una de las primeras ventanas de asombro del
niño y es ciertamente la ventana que puede
ayudar a recuperar el sentido del asombro a
quien lo haya perdido” (L´Ecuyer, 2012, p. 89).
Luego, se adquieren conocimientos entre los
lazos humanos, en el compartir, sentir, en el
amor de encontrarse con el otro.
Así mismo, tener conciencia del hecho de
estar vivo es sinónimo de aprender, solo que
muchas veces aprendemos y no nos damos
cuenta. El aprender “para vivir mejor” requiere
un cambio, que puede ser espiritual, económi-
co o ecológico, solo por mencionar algunos.
También, los animales y otros sistemas vivos
como los bosques, mares y volcanes aprenden
de una forma caótica y al final de los procesos
se vuelven “estables” para seguir el fluir de la
vida y el entramado del conocimiento.
La inteligencia y la vida artificial han sido ac-
tos creativos del aprendizaje humano, pero es
de suma importancia recalcar que de alguna
forma fueron aprendizajes modelados por la
naturaleza en un primer lugar. Estas dos ramas
de estudio colaboran en diferentes ámbitos de
la vida para el bienestar común de la humani-
dad. Aunque no todo estudio se pone siempre
al servicio y mejora de la vida.
Se evidencia que algunos gobiernos emplean
la inteligencia artificial para beneficio militar
y así dominar a las minorías con opresión. En
contraste a esto, se puede mencionar que, en
los ámbitos educativo, médico y financiero, las
tecnologías han ayudado, significativamente,
para vivir mejor. No obstante, persiste la inequi-
dad y la desigualdad en cuanto a su accesi-
bilidad en el uso en los países llamados en vías
de desarrollo.
Estas máquinas serán capaces de pensar por
sí mismas y manejar otros sistemas para facili-
tar a la humanidad conocimiento más rápido
y efectivo sobre la población. Lastimosamen-
te, nuevos estudios laborales revelan que en
30 años o quizás menos, la inteligencia artificial
substituirá múltiples profesiones entre ellas el
docente, el doctor, el transportista, entre otras.
En este sentido, deben repensarse las formas
de interrelación humanas, para que la afec-
tividad de las personas no sea infravalorada,
porque el origen de la humanidad radica en
su colectividad.
Aprender en la incertidumbre es simplemente
cuestionarse uno mismo sobre lo aprendido y
porque no, cuestionar a mis semejantes. Gu-
tiérrez y Prieto (1999) comparten que “educar
en la incertidumbre es interrogar en forma per-
manente a la realidad de cada día y, por lo
tanto, aprender de las preguntas” (p. 21). Si se
cuestiona lo aprendido, se generan otras for-
mas de aprender y adquirir nuevo conocimien-
to. A modo de ejemplo, la naturaleza sí está
acostumbrada a vivir y sentir la incertidumbre
en temas como el clima, destrucción por me-
teoritos o la contaminación producida por la
humanidad. “Lo inerte resiste la incertidum-
bre de su entorno para estar en su realidad.
Esta capacidad es la estabilidad y se adquiere
por selección fundamental” (Wagensberg, 2004,
p. 63).
En general, las personas temen ser educadas
en la incertidumbre, aunque esta sea una
capacidad innata del mundo viviente. “En el
mundo vivo, los individuos, además de resistir
la incertidumbre, la modifican. La selección
natural opera entonces a favor de la idea de
que alguna clase de individualidad siga viva”
(Wagensberg, 2004, p. 69). Así mismo, al hablar
de la forma de vivir en sociedad, los gobier-
nos no promueven en sus naciones a personas
pensantes, creativas ni proactivas, ya que po-
drían causar tropiezos con el pensamiento do-
minador o controlador. Entonces, podría de-
cirse que depende de cada persona, decidir
aprender en la incertidumbre o no hacerlo.
Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
12
Artículos
Ante esto, “el conocimiento representa una
forma de rebelión contra la incertidumbre.
Es la estrategia dotada de proyectos que me-
joren nuestra independencia de los caprichos
ambientales” (Wagensberg, 2004, p. 76). No
obstante, la educación formal tradicional pro-
mueve el aprendizaje por medio de la memo-
ria, la repetición de las cosas, los contenidos
o aún peor solucionar problemas cotidianos
como lo hacen los demás, es decir, con la uti-
lización de un sistema lineal en lugar de em-
plear su pensamiento lateral o complejo.
Se aprende en cada segundo, minuto, hora,
de todos, nadie tiene una certera verdad.
El aprendizaje está ahí como el aire que nos ro-
dea, solo que a veces no lo percibimos ni valo-
ramos. Se construye conocimiento en el gozo,
el placer y la ternura. “El gozo es la garantía
de que el trabajo de la mente aún no ha ter-
minado, de que siempre hay un nuevo reto”
(Wagensberg, 2004, p. 279). Así, se aprende no
solo para saber, sino para ignorar menos y para
desarrollar nuestro buen juicio, también llama-
do sabiduría práctica. La sabiduría se refiere al
conocimiento experiencial, el discernimiento
de la vida, la búsqueda del buen vivir, la com-
pasión, la generosidad, la humildad, la apertu-
ra y la gratitud.
Además, muchas veces se aprende por medio
de experiencias, otras por descubrimiento, in-
cluso, por error; ya es hora de dejar de pen-
sar que solamente los humanos aprendemos
y razonamos. Entonces, ¿quiénes también
aprenden en nuestro entramado? Lo inerte, los
seres unicelulares, los robots, los más comple-
jos (mamíferos-naturaleza), es decir, se apro-
vechan de todos los que aprenden para vivir
y convivir mejor en nuestro entramado en red.
Así también, se aprende en “simbiogénesis”, en
el aprendizaje recíproco, en la codependen-
cia, en las redes de cooperación, así como lo
hacen los microbiomas y las bacterias.
Bibliografía
Assman, H. (2005). Curiosidad y placer de
aprender: el papel de la curiosidad en el
aprendizaje creativo. PPC.
Bohm, D. y Peat, D. (1988). Ciencia, Orden y
Creatividad. Kairós.
Freire, P. (1975). ¿Extensión o Comunicación?
La concientización en el medio rural.
Siglo XXI .
Glansdorff, P. y Prigogine, I. (1971). Teoría de la
termodinámica de la estructura, estabili-
dad y fluctuaciones. Wiley-Interscience.
Gutierrez, F, y Prieto, D. (1999). La Mediación
Pedagógica: Apuntes para una educa-
ción a distancia alternativa. IIME.
L´Ecuyer, C. (2012). Educar en el Asombro.
Plataforma.
Maturana, H.y Varela, F. (1999). El Arbol del Co-
nocimiento. Las Bases Biológicas del Co-
nocimiento Humano. Editorial Debate.
Movetia. (02 de Febrero de 2018). Inteligencia
artificial, aprendizaje automático y apren-
dizaje profundo. https://medium.com/@
Movetia/inteligencia-artificial-aprendiza-
je-autom%C3%A1tico-y-aprendizaje-pro-
fundo-4f09802353bd
Rancie, J. (2003). El Maestro Ignorante. Laertes.
Wagensberg, J. (2004). La Rebelión de las For-
mas. Tusquets.