Dr. Giovanni Beluche Velásquez
Coordinador del Programa de Formación Humanística de la UTN
gbeluche@utn.ac.cr
https://orcid.org/0000-0001-9125-2649
I S S N : 2 2 1 5 - 5 5 3 8 E n e r o a J u n i o , 2 0 2 1 V o l u m e n 4 , N ú m e r o 1
E D I T O R I A L
La capacidad de diálogo sincero facilita alianzas con estudiantes, padres,
madres, líderes comunales y demás fuerzas vivas presentes en el entorno. Se
nutre del conocimiento del contexto que puede alcanzarse mediante la
extensión y la investigación – acción – participativa. La comunidad deja de
verse como fuente de información y se constituye como actor en el devenir
de su propio destino. Las maestras y maestros formados en la pedagogía
crítica, son personas inspiradoras, orientan procesos, hacen propuestas,
ayudan a dar forma a las ideas de las personas comuneras, enseñan a
gestionar ante la institucionalidad y, principalmente, estimulan la auto
organización comunitaria.
Las personas docentes formadas en la pedagogía crítica, también, enseñan
con la desobediencia ética en su lucha contra un sistema burocrático que
hegemoniza y les impide atender con seriedad, entrega y compromiso lo
que demanda su pueblo, su país, y el mundo.
La universidad debe proporcionarles la formación interdisciplinaria que
necesitan para afrontar estos desafíos. No se trata de que las maestras y
maestros tengan una formación enciclopédica, sino que posean capacidad
para dialogar con la realidad, con su pueblo y con profesionales de diversas
disciplinas. Pero, no basta con la formación durante la carrera, la
complejidad de los desafíos obliga a acceder a la formación continua,
ofertada por las universidades, redes de docentes y por el propio Ministerio
de Educación Pública, que favorezca el intercambio de experiencias entre
pares nacionales e internacionales.
Aspiramos a un sistema educativo que favorezca la metacognición y la
producción social del conocimiento. Para lograrlo, las y los docentes tienen
que transferir paulatinamente la centralidad del trabajo en el aula hacia las y
los estudiantes. Ir más allá del aula, conscientes de que la formación de la
niñez y las juventudes oscila entre la escuela, las familias y las comunidades.
Las personas docentes acompañan, facilitan, orientan, estudian, generan
preguntas y escenarios de aprendizaje con profesionalismo y amorosidad.
Así procuraremos que el sistema vaya alejándose de la estructura de
asignaturas en favor de una concepción más holística, crítica, vivencial y
significativa.
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