ISSN: 2215-5538 Enero a Junio, 2021 Volumen 4, Número 1
HUELLAS TALENTOSAS
P á g i n a | 118
Emileth Sánchez Bogantes
Pseudónimo: Thelime
Universidad Técnica Nacional, Costa Rica
emisanbo@gmail.com
Cuarenta lustros
En el menoscabo inminente de mi salud me encuentro un tanto taciturno ya que,
Tal vez los cuarenta lustros no sean tan interesantes ni mucho menos alegóricos.
He pretendido sonreír con entusiasmo y rebuscar en éste sombrío panorama la
luz que pudiese dar sentido al vivir. Con una rehusada camisa, los mismos zapatos
rotos que esquivan las miradas tétricas del estrato social, aun así, recaudo con
angustia los cincos que me hacen falta para completar la matricula del
siguiente cuatrimestre, con un empleo de medio tiempo que apenas alcanza
para subsistir. Mi desobediencia moralista me ha permitido parir tres hijos a pesar
de mi condición, catalogados por su errante ética como bastardos,
incumpliendo sus leyes “naturales de la literatura y de la vida”.
Mi fascinación por los números me llevó a ser tutor de una materia avanzada en
matemáticas, lo cual no me exime de la congoja y el recargo acumulativo de
horas, que termina archivando en un tumulto de papel empolvado de
documentos, para que me aplique el prestigioso descuento.
Mientras tanto a la espera de la conmemoración del Bicentenario en nuestros
suburbios rurales, tan alejados del aprecio de la patria que pareciera que sólo
nos miran cada cuatro años.
Somos en cierto modo refugiados de sangre mestiza; hedionda para aquellos
que despreciaron el ímpetu de nuestra autóctona etnia. El olor promiscuo de la
ISSN: 2215-5538 Enero a Junio, 2021 Volumen 4, Número 1
HUELLAS TALENTOSAS
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libertad burguesa que desde niño entone bajo el resonar del tambor y la bandera
ondeada me reclama consciencia, no un monólogo repetitivo, las mismas frases
célebres y trilladas.
Me independizo sin el concordato pacífico del presente Bicentenario, puesto que
la memoria no nubla a la razón. A veces pareciera que los principios moralistas
negaran el legado nebuloso de la desdicha del desnaturalizado.
Conmemoro el espíritu revolucionario sin el crucifijo que perpetúo el mal común
en un bienestar social. Un caos que encubre al ingrato poder, mientras la libertad
vuela en los basureros clandestinos, la incertidumbre como factor común de
nuestros males y la desigualdad en cada uno de los contextos sociales.
Por eso: ¡Qué viva la independencia!
Pero sin el yugo que carga, nuestra clase proletaria.