Huellas Talentosas
Vol. 4
N.°2
2021
75
Silvia Arrieta Castro
Universidad Técnica Nacional, Costa Rica
sarrieta@utn.ac.cr
Andrea Gómez Barrantes
Universidad Técnica Nacional, Costa Rica
agomezb@utn.ac.cr
UNA HISTORIA QUE CONTINÚA EL LEGADO DEL AMOR POR LA VIDA
“SEMILLAS DE CRECIMIENTO Y ESPERANZA”
Hace mucho tiempo en este planeta existió una especie con la que
convivimos, compartimos territorio y ellos fueron escogidos para que nos
cuidaran como parte de una comunidad de vida.
Desde el más pequeño ser con vida hasta el más grande como nosotros,
juntamente con el ser humano, compartimos nuestra casa. (se’ ù).
hoy quiero contarte que
pasó hace 50 años para que
lo recuerdes y lo compartas
con todas las generaciones.
Al relatar lo vivido cobra
sentido lo que somos, es
decir, las semillas de
crecimiento y de esperanza
que continúan el legado del
amor por la vida.
Fuente: https://sobreleyendas.com/
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Somos las semillas sembradas por las comunidades invisibles, para que la
sabiduría espiritual floreciera en el despertar de la humanidad.
El océano, los ríos, las montañas, los valles y llanuras, así como los desiertos,
los bosques y todo lo que existe, todo lo que vemos, lo que escuchamos,
todo lo que respira en este planeta conforma la comunidad de vida.
Cada ser vivo que se encuentra en las diferentes zonas de esta casa,
reconocemos desde el inicio, ser Pacha, pero los seres humanos lo habían
olvidado.
Nuestros territorios inicialmente eran extensos y podíamos trasladarnos de un
lugar a otro sin temor a los humanos, los ríos y los mares eran fuente de vida,
era la sangre de nuestra madre Tierra que le daba vida a todo, sin embargo,
los humanos, la enfermaron.
Los humanos desde los tiempos antiguos buscaron poseer territorios,
riquezas, conocimientos, sin importar los medios y esto se repetía
continuamente marcando abismales diferencias entre quienes tenían
mucho y quienes no tenían nada.
Ellos invadían territorios, tuvieron muchas luchas y guerras, cada una de ellas
trajo destrucción y muerte.
El ser humano cada vez desarrolló más su inteligencia y su capacidad
creativa produciendo máquinas en busca de “estar mejor y ser felices''.
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preguntó: ¿qué les hacía
felices a los humanos?,
yo me siento feliz al encontrar la
fuente de agua y al mirar a mis
amigos crecer.
lo sé, pero los humanos
olvidaron aquellas cosas con las
que en un principio los unía a
toda la creación, se olvidaron y
quizás odiaron el ser parte de
Pacha.
Ellos decidieron separarse del
Todo y se sintieron los creadores
y dueños, quisieron dominar
cuanto les rodeaba y
aprovechar cada recurso
disponible para saciar sus
necesidades.
Sin embargo, los primeros habitantes humanos o pueblos ancestrales
crecieron respetando la conexión con lo creado, se reconocían como parte
del todo, se sentían parte de Pacha.
Su relación con la naturaleza fue siempre importante y nosotros mantuvimos
de igual forma una relación armoniosa con ellos.
¿Qué provocó la ruptura con nosotros? Preguntó Ká.
Ciertos grupos humanos crecieron y en su ambición desarrollaron armas
poderosas para invadir y conquistar nuevas tierras.
Esta ambición humana lastimaba a toda la madre Tierra, a nuestra querida
Pacha, la hirieron muchas veces, al punto que en diversos lugares nuestros
hermanos como los Ent desaparecieron.
Los humanos despiadados cruzaron los mares y llegaron a las nuevas tierras
a imponer su poder, ellos ya habían perdido la conexión con el todo,
olvidaron sus raíces, olvidaron que provenimos de la misma madre y que
fuimos creados para compartir esta hermosa casa, nuestra casa común.
Los ancestros habitaban lo que para ellos era la nueva tierra, los Kametsa
Asaki vivían felices, con amor y respeto por toda la naturaleza, que Siwá
había enseñado.
Fuente: https://www.google.com/
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Estos pueblos tenían una sabiduría que compartían con los más pequeños,
contaban historias como la que hoy te comparto, amigo Ká.
¿Por eso contamos historias?
Sí, todo lo que existe en la Tierra tiene
grabada las historias de la vida, estas
han sido tejidas desde el principio y
estarán siempre en la Pacha.
Los humanos son muy creativos y
desarrollaron tecnologías que
sustituían según su visión todo lo
natural, rompieron el equilibrio del ser
y del sentir.
Crear, desarrollar, crecer e innovar
no fue el problema. El olvido si lo fue.
La desconexión con el Todo, con la
esencia, con lo espiritual, fue lo que
provocó que la humanidad perdiera
el rumbo y la conexión con la Tierra.
Entonces, resurgieron las semillas de amor y de esperanza, ellas habían
estado esperando el nuevo amanecer.
Estas semillas contienen el verdadero valor y sentido de la vida en
comunidad, son las semillas que vinculan el desarrollo humano, científico,
social, político y económico con el Todo, con la vida.
¿Qué hacen las semillas? Dar esperanza a la humanidad, ante esto, ellos
volvieron su mirada y transformaron el futuro con un sentido de unidad como
en el principio de la Pacha.
Los saberes ancestrales vinculados con la ciencia se entrelazaron para
comprender la Pacha, la mirada fue entonces más humilde ante la creación
y el ser humano se encontró en un abrazo fraterno con el cosmos.
La humanidad miró las estrellas y toda la majestuosidad de la naturaleza,
entonces su imagen se reflejó con claridad como al mirar las aguas
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cristalinas de un lago, comprendieron en ese instante, la vinculación con el
Todo, su relación y su interdependencia.
En ese acto reconocieron que todos los componentes de la naturaleza están
presentes en su ser, de esta forma, el remanente de la humanidad abrazó la
idea de ser parte del bioverso, comprendió la amorosidad con la cual
habían sido formados de tierra.
Todos los relatos ancestrales contienen estas sabias enseñanzas, todas están
llenas de senderos mágicos, que muestran la fuerza de la Pacha mama o
madre tierra, taita indi (padre sol) mama killa (luna) las estrellas, los ríos y toda
la naturaleza en relación con el ser.
La comunidad de vida aprendió
que la espiritualidad es la forma
vinculante con el Todo. Sentirse
parte del todo, de la Pacha,
permitió a la humanidad observarse
desde adentro, comunicarse y
comprender, que igual que
nosotros los árboles, los humanos
son también semillas.
Otros seres como los Chibi
estuvieron desde el principio del
planeta y aún hoy siguen existiendo
y son importantes en el desarrollo
de la vida, de la Pacha.
Observando todo, el ser humano
aprendió la importancia de la
colaboración, hoy conocen que
nosotros los árboles transformamos
el aire que todos respiramos.
Así como cuando Kali, nos visita, al
mojar la tierra seca, comparte el
alimento que necesitamos, las aves
anidan en nuestros fuertes brazos y
ellas llevan a otros lugares nuestras
semillas, eso es cooperación.
Fuente: https://codigofenix.com/
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El nuevo ser humano abrió su entendimiento, su visión fue entonces clara y
volvió a sentir como nosotros.
Despertó, unió su pensamiento con el sentir, dio valor a las voces ancestrales
y de aquellos más sensibles.
Estos seres humanos con una mayor sensibilidad y conexión con el Todo
lograron encontrarse con sus raíces y experimentaron la unión con la
memoria cósmica, con la creación, con la vida y comprendieron la
necesidad de promover el cambio y fueron como las arañas, que entretejen
redes para aprender a vivir.
En el tiempo de la mayor crisis, los humanos que sobrevivieron gracias a los
avances científicos y a la cooperación que se generó a través de las redes,
decidieron construir puentes de esperanza para las futuras generaciones,
entonces los unió la idea de un mundo mejor, sin egoísmos y sin
desigualdades.
Las semillas de esperanza y amor siempre han estado en los componentes
de la tierra, de nosotros, que somos parte de los frutos que han reverdecido
a la orilla de las corrientes de agua.
Los humanos de hoy lograron ocupar el lugar que les correspondía desde el
inicio, lograron comprender que son parte del todo y no el todo.
Hoy celebramos en toda esta nuestra casa común, que la crisis genera el
cambio y que como comunidad de vida nos corresponde sembrar las
semillas de esperanza, que, mediante las huellas dejadas por los otros,
podemos gozar de una vida de plenitud.
Los humanos ya no pueden olvidar que todos somos parte del todo y que la
huella permanece con el objetivo de cultivar la vida en comunidad.
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Las semillas florecieron en ellos
con responsabilidad y con
acciones de autocuidado, de
respeto a la diversidad de la
comunidad de vida.
La vida del planeta es hoy lo
que antes muchos deseaban.
Hoy prevalece el valor de la
vida, el valor de la comunidad.
Los humanos hoy tienen
nubes de memoria en la
que se registra toda la
historia de la vida en la
casa común.
Ellos pueden viajar en el
tiempo y así no olvidar lo
vivido por toda la
comunidad humana.
Hoy la humanidad ha logrado aprender del caos, de la crisis, pero sobre
todo de la compresión y de la com-pasión, hoy los humanos se identifican
como hermanos del todo, es decir, como seres planetarios que comparten
esta casa común, es uno más de nosotros, hoy ellos también son semillas de
amor y esperanza, que florecen todos los días y que valoran la vida.
Nos abrazamos, somos uno, fundidos con la vida.
Fuente: https://www.facebook.com/373382599707258/
Fuente: https://www.itservice.com.
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Ká veamos que están haciendo los amigos
de Kiri, entonces ambos caminaron por las
montañas y se acercaron a la cápsula de
Kiri, guardaron silencio y observaron lo que
los humanos estaban a punto de hacer.
Kiri aún dormía…
Hubo un silencio en el bosque…
Después de una gran tormenta, las primeras
luces se asomaron por las montañas de
colores.
Toda la tierra sintió la cálida caricia del
majestuoso sol.
Poco a poco los sonidos de la naturaleza
despertaron a los Baolbab, a los Matusalén,
a los Tejos, los Alerce y a los Ceibos
barrigones.
El murmullo de la brisa jugaba con sus
hermosos brazos y se unían a la danza del
nuevo día.
Con esta imagen despertó KIRI, suspiro y tomó su batería cósmica y la
conectó su brazalete luminoso para encontrarse con sus amigos en la
comunidad.
Continuará
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ANEXO 1
EDUCACIÓN TRANSFORMADORA PARA LA VIDA EN EL SENTI-PENSAR CON EL
TODO. EXPERENCIAR EN LA COMUNIDAD DE VIDA: 2020
Kristy Ramírez Gómez 12
años. Es una con la
naturaleza
Estudiantes Universitarios
abrazan al Ceibo
Barrigón 2019, conexión
con la comunidad de
vida
Silvia Arrieta Castro, escucho la voz del
Mi amigo y hermano árbol. 2019 San Ramón. Andrea Gómez, semillas de esperanza y vida.
2020.
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Este disoñar responde a la inspiración en Carta de la Tierra y al proyecto de
Historias de la Tierra de Grian Cutanda. sobre las semillas vincula los nombres
de árboles y de la comunidad de vida en las lenguas de varios pueblos
originarios, entre ellos los de Costa Rica, Cabecar, Bribri y Ngäbe, de los
pueblos ancestrales de los Andes, de los pueblos de Japón y de África como
una forma de establecer un puente entre el futuro y el pasado de la
humanidad. Soñar que las semillas de los saberes de la Pacha y la conexión
que siempre tuvieron los ancestros no la perdamos y que aprendamos en
espacios abiertos y en comunidad de espíritu con la colaboración para una
educación del buen vivir. Los nombres de los protagonistas no son utilizados
literalmente, la idea es que el lector pueda imaginar o darle forma al
personaje.
A continuación, se presentan las palabras y su significado real.
SE’ Ù: nuestra casa. en bribris
KÁ: lugares, en bribri
PACHA: cosmos, a la unidad interdependencia
SIWO, SIWAʼ historia, alma, viento, en bribri
KAMETSA ASAKI: vivir feliz, pueblos afros
PACHA MAMA: madre tierra, sabiduría de los pueblos de los Andes
TAITA INDI: padre sol, sabiduría de los pueblos de los Andes
MAMA KILLA: luna, sabiduría de los pueblos de los Andes
CHIBBI: pequeño en japonés
JOKA: dragón en suajilli
KÀLI: lluvia en bribri
KIRI: árbol chino Emperatriz
TAMI: maestro o espíritu de la montaña, en bribri
DISTÒ: semilla, en bribri
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SIʼ: luna, en bribri
PACHAKUTIK: transformación de los órdenes cósmicos (andes)
SÈRKEPA: tormenta, en bribri
BUKUË: sapo, en bribri
SULA: artesano creo a los humanos en bribri