Revista Académica Divulgativa Arjé
ISSN: 2215-5538 Enero a Julio, 2022 Volumen 5, Número 1
Segmento especial
https://doi.org/10.5281/zenodo.7015241
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integralmente (Ly-Vásquez, 2022). Lo dicho, se aborda desde una construcción
colectiva de conocimientos, a partir de un diálogo de saberes y relaciones
verticales (Marín-Briones, 2022), por tanto, construir es construirse, por medio del
interaprendizaje (Prieto-Castillo, 2022).
Otra característica central radica en la relación del educador-educando,
debido a que el educando es quien tiene preguntas, quien cuestiona, quien
busca posibilidades y respuestas, ya que parte, precisamente, de su experiencia
y su conocimiento, lo anterior, considerando que en el acto educativo cada
quien tiene un saber, porque somos seres históricos, sociales y culturales (Monge-
Quesada, 2022). Por tales razones, el acto educativo debe facilitar la
colaboración y la elaboración de conocimiento, de manera personal y
colectiva, a partir de las experiencias, de las vivencias, de lo que sentimos ante
las cosas, de la teoría, esto orientado hacia una acción transformadora
(Hernández-Barrantes, 2022).
En palabras del entrevistado Seco-Villalobos (2022), la mediación se orienta a
educar para la incertidumbre, educar para generar preguntas y no respuestas,
educar para la significatividad y la vida, educar para la expresividad, para que
los estudiantes expresen lo que sienten, de manera libre, con gozo, disfrute y
placer. También, Marín-Briones (2022) plantea que no hay aprendizaje, si no hay
gozo en el proceso, de igual manera, no hay crecimiento en las personas si no
se fomenta la construcción del sentido. Asimismo, Blanco-Villalobos (2022)
manifiesta que el aprendizaje debe ser contextualizado en el interlocutor, a partir
de su vivencialidad para la construcción de conocimientos con sentido. En
resumen, un aprendizaje centrado en la persona, en la vida, en la cultura y en el
contexto para hacer vital nuestro sentido de participación en el mundo (Arias-
Giraldo, 2022).