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de sustancias químicas elaboradas industrialmente, hasta el momento
reconocido como un reconocimiento empírico dado las limitadas bases
científicas de sus componentes. Hasta el momento, también, se considera su
composición como una alternativa que inicia con poblaciones de bacterias
recolectadas en bosques de la misma región donde se producen, en nuestro
caso, cercana a la sede de Atenas.
Los biofermentos tienen una composición muy sencilla. La base fundamental
es la hojarasca que es recolectada en los bosques primarios y secundarios. La
experiencia nos ha enseñado que las poblaciones bacterianas también se
encuentran en las cepas de bambú, dando muy buen resultado posterior en el
biofermento como producto final.
Las prácticas agrícolas actuales están relacionadas con un impacto negativo
en el ambiente, la disminución de la fertilidad de los suelos, altos costos,
dependencia del uso de sustancias químicas y baja rentabilidad. En este
sentido, FAO (2017) ha definido varias amenazas de los suelos a nivel mundial,
entre las que se encuentra el desequilibrio de los ciclos de nutrientes y la
disminución de la biodiversidad de los suelos. Los factores mencionados
afectan, especialmente, a los pequeños productores, incluyendo la agricultura
familiar de subsistencia.
Entre las recomendaciones de la FAO (2017) para preservar y mejorar la
biodiversidad del suelo se encuentra la aplicación de enmiendas orgánicas.
Entre ellos, los abonos orgánicos líquidos (biofermentos) y sólidos, los cuales
son una atractiva innovación tecnológica de bajo costo y sencilla elaboración
y aplicación. Su uso se asocia con mayor fertilidad de suelos, plantas mejor
nutridas y saludables, por ende, productos de mayor calidad. Es un abono
totalmente orgánico y se asocia con una mejora en cantidad y calidad de la
producción y altos estándares de calidad por tratarse de un abono natural.
La elaboración de biofermentos parte del uso de un inóculo inicial consistente
de mantillo de bosque, que en Centroamérica se le ha llamado
“microorganismos de montaña” (MM). Se ha documentado que los
biofermentos mejoran la calidad de abonos sólidos, liberan nutrientes y