Revista Académica Arjé. Vol. 8. N° 2. Julio–diciembre, 2025.
Pedagogía | Educación Técnica | Tecnología
Universidad Técnica Nacional, Costa Rica
Conciencia de clase, conciencia invertida, ideología y realismo político: principios básicos para comprender las relaciones políticas y la posición de las élites de poder al negociar
Class consciousness, inverted consciousness, ideology and political realism: basic principles to understand political relationships and the position of power elites when negotiating
Consciência de classe, consciência invertida, ideologia e realismo político: princípios básicos para compreender as relações políticas e a posição das elites do poder na negociação
Esteban Paniagua Vega
Centro de Estudios Generales, Universidad Nacional. Heredia, Costa Rica
https://orcid.org/0000-0001-7540-7639
Recibido 27-04-2025 | Revisado 02-06-2025 | Aceptado 05-07-2025
Resumen
Este ensayo académico tiene como objetivo reflexionar sobre la diferencia entre una conciencia de clase y una conciencia invertida. A partir de esto, se puede determinar un pensamiento científico o un pensamiento ideológico. Es importante disertar sobre la conciencia social, la ideología política y el realismo político, a partir de las circunstancias políticas y sindicales costarricenses. La metodología es la revisión bibliográfica y una reflexión crítica, producto de dos actividades creativas llevadas a cabo en el marco del 60 Aniversario del Sindicato de Profesionales en Ciencias Médicas de Centroamérica (SIPROCIMECA). Como principales conclusiones, se determinó que el dominio ideológico pretende que las personas tengan una conciencia invertida de la realidad y no una conciencia de clase, para que defiendan los intereses de la clase que le es antagónica y no sus propios intereses. Esto es fundamental para las élites que parten del realismo político para determinar sus principales relaciones políticas. En la medida que el pueblo no tenga una conciencia de clase capaz de unificarlo y actuar de acuerdo con sus propios intereses, lo cual representa un peligro para los intereses de las élites, estas no negociarán con el pueblo ni le concederán a este mejores condiciones materiales e intelectuales para satisfacer sus propias necesidades.
Palabras claves: Conciencia Social; Educación Técnica; Filosofía Política; Realismo Político; Teoría de las Ideologías
Abstract
This academic essay aims to reflect on the difference between class consciousness and inverted consciousness. From this perspective, one can determine scientific or ideological thinking. It is important to discuss social consciousness, political ideology, and political realism, based on Costa Rican political and union circumstances. The methodology is a bibliographic review and critical reflection, the product of two creative activities carried out within the framework of the 60th Anniversary of the Union of Medical Science Professionals of Central America (SIPROCIMECA). The main conclusions were that ideological dominance seeks to make people have an inverted consciousness of reality, not a class consciousness, so that they defend the interests of the antagonistic class rather than their own interests. This is fundamental for elites who base their political relations on political realism. To the extent that the people lack a class consciousness capable of unifying them and acting according to their own interests, which represents a danger to the interests of the elites, the latter will not negotiate with the people or grant them better material and intellectual conditions to satisfy their own needs.
Keywords: Social Consciousness; Technical Education; Political Philosophy; Political Realism; Theory of Ideologies
Resumo
Este ensaio acadêmico tem como objetivo refletir sobre a diferença entre consciência de classe e consciência invertida. A partir disso, pode-se determinar um pensamento científico ou um pensamento ideológico. É importante discutir consciência social, ideologia política e realismo político, com base nas circunstâncias políticas e sindicais da Costa Rica. A metodologia é uma revisão bibliográfica e reflexão crítica, produto de duas atividades criativas realizadas no âmbito do 60º Aniversário da União dos Profissionais de Ciências Médicas da América Central (SIPROCIMECA). As principais conclusões foram que a dominância ideológica visa fazer com que as pessoas tenham uma consciência invertida da realidade e não uma consciência de classe, para que defendam os interesses da classe que lhes é antagônica e não os seus próprios interesses. Isso é fundamental para as elites que baseiam suas principais relações políticas no realismo político. Na medida em que o povo não tiver uma consciência de classe capaz de unificá-lo e agir de acordo com seus próprios interesses, o que representa um perigo para os interesses das elites, estas não negociarão com o povo nem lhe concederão melhores condições materiais e intelectuais para satisfazer suas próprias necessidades.
Palavras-chave: Consciência Social; Educação Técnica; Filosofia Política; Realismo Político; Teoria das Ideologias
Introducción1
De acuerdo con la UNESCO (2022), la educación técnica profesional tiene como función principal formar a individuos capacitados para desarrollar habilidades y destrezas orientadas al ámbito laboral. Esto implica que la Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP) no debe limitarse únicamente a las habilidades técnicas y profesionales específicas para que las personas puedan realizar trabajos especializados en sistemas de producción y venta de bienes y servicios, sino también sobre la conciencia de su posición en el mundo y en el ámbito laboral. Luego, resulta fundamental que la formación no solo prepare a las personas para desempeñar funciones técnicas y profesionales de una manera más efectiva, sino también que desarrollen una conciencia social del trabajo, sus intereses y necesidades como clase trabajadora.
El objetivo principal de este ensayo es analizar algunos aspectos necesarios para formar una conciencia social que fortalezca los procesos de formación técnica de la clase trabajadora para que esta construya fundamentos sólidos para emplear en el momento de negociar derechos y obtener beneficios, en función de sus necesidades e intereses de clase y velar porque las élites de poder y la clase política no impongan directrices que atenten en contra de sus necesidades e intereses.
En el desarrollo se analizan dos categorías: la conciencia social y el realismo político. En un primer momento, se describe distintos tipos de conciencia con el fin de comprender la relación entre los conceptos de conciencia de clase y conciencia invertida2, en el contexto de la batalla ideológica que se vive en la sociedad para determinar el rumbo político y de la administración pública de los pueblos, lo cual implica directamente los derechos laborales.
En segunda instancia, se trabaja el concepto de realismo político, ya que se parte de la hipótesis de que esta es la posición desde la cual las élites de poder y la clase política que administran las instituciones públicas de Costa Rica suelen negociar entre sí y con el pueblo, las relaciones de poder entre la parte gobernada (la cual incluye a las personas trabajadoras) y la parte gobernante (el poder coercitivo).
Para efectos de claridad expositiva, es importante aclarar que “el término élite se usa para caracterizar al grupo que controla el capital y los medios de producción, es decir, las clases dominantes que actúan en estrecha alianza entre sí, aquellas vinculadas y con influencia en los sectores político, económico e internacional” (Retana Céspedes, 2020, p.49). Aparte, la clase política está compuesta por una serie de personas que ocupan altos puestos jerárquicos y políticos en la administración pública, en distintas instituciones y en distintas administraciones, cuyo objetivo principal es materializar en dichas instituciones y la administración pública en general las políticas que dictan las élites de poder.
En el desarrollo se explica el concepto de realismo político a partir de la contraposición de la idea socrática de que el ser humano es bueno por naturaleza y el principio básico del realismo político, tratado en la obra de Platón, Agustín de Hipona, Maquiavelo y Adam Smith: el ser humano es malo por naturaleza.
A partir de lo anterior, se concluye la necesidad de que exista una conciencia de clase fortalecida para que diversos grupos sociales puedan entablar procesos de negociación con las élites de poder, de los cuales deriven condiciones materiales e intelectuales reales de beneficio para la clase trabajadora.
Desarrollo: conciencia e ideología
Distintos niveles de conciencia
La primera dinámica realizada en la conferencia que se impartió en el marco del 80 Aniversario de SIPROCIMECA, de la cual surge el presente ensayo, en apariencia es un juego muy inocente, pero, como lo decía Aristóteles (1995), las cosas sencillas suelen ser las que presentan un mayor grado de dificultad.
Cada persona participante en la conferencia tiene un cuadro de cartón con un color: rojo o verde. Debe argumentar que su color es el mejor, frente a otra persona que defiende el otro color de igual manera.
El juego refleja distintos niveles de conciencia
La conciencia como estado de vigilia
En un primer nivel, la conciencia es entendida como estar consciente, en estado de vigilia, despierto o despierta. En palabras de Vithoulkas (2014): “Concientización está definido por el contenido de la consciencia y la vigilia es definida por el nivel de consciencia” (p. 1).
Saber que tengo este papelito en mi mano, camino por todo el salón buscando una persona con un papel con un color diferente, para seguir las instrucciones de una dinámica, es un ejercicio de este primer nivel de conciencia. Sabemos que no estamos durmiendo. Tenemos noción del espacio y del tiempo. Estamos aquí y ahora.
Durante la dinámica de los cuadros de colores escuchamos atentamente lo que el expositor pronuncia. Las palabras se convierten en ondas sonoras que vibran y viajan a través del micrófono y los parlantes, llegando a nuestros oídos. Nuestros tímpanos escuchan estos sonidos y nuestro cerebro transforma las ondas sonoras en fonemas y los fonemas en palabras. En este preciso momento, participamos de otro nivel de conciencia, previo a la concientización.
La conciencia como lenguaje articulado
De acuerdo con Saussure (1993), lo que nos diferencia de los demás animales es el hecho de que tenemos un lenguaje articulado.
En latín articulus significa ‘miembro, parte, subdivisión en una serie de cosas’; en el lenguaje, la articulación puede designar o bien la subdivisión de la cadena hablada en sílabas, o bien la subdivisión de la cadena de significaciones en unidades significativas… Ateniéndonos a esta segunda definición, se podría decir que no es el lenguaje hablado el natural al hombre, sino la facultad de constituir una lengua, es decir, un sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas. (p. 46)
Para Saussure (1993), un lenguaje articulado está compuesto por un paradigma, el cual comprende el conjunto total de palabras de una lengua y por un sintagma o el conjunto de reglas sintácticas y gramaticales a partir de las cuales podemos combinar las palabras y crear mensajes que, al pronunciarlos, puedan ser entendidos por todas las personas hablantes de la misma lengua.
Mientras ustedes leen pueden imaginarse a un expositor que pronuncia estas palabras en una conferencia. Su mente está asociando elementos del paradigma y del sintagma del español y los está convirtiendo en palabras. Esas palabras llegan en forma de sonidos a sus tímpanos y esos sonidos se convierten en mensajes y en significados en sus mentes, ya que hablamos la misma lengua.
Si ustedes no hablaran castellano, lo que el expositor pronuncia no sería sonidos para ustedes, sino ruidos. No comprenderían nada de los mensajes ni los significados. Luego, si ustedes se imaginan en la conferencia, con un papelito de un color en sus manos, conversando con personas que tienen un papelito con otro color y cuando escuchan al expositor, están haciendo uso de otro tipo de conciencia que va más allá del estado de vigilia. Aquí y ahora y comprenden un mecanismo complejo de comunicación: un lenguaje articulado.
La conciencia lógica o científica
El uso del lenguaje articulado puede conducirnos a otro nivel de conciencia: una conciencia lógica o científica. Para Copi y Cohen (2007): “La lógica es el estudio de los métodos y principios que se usan para distinguir el razonamiento bueno (correcto) del malo (incorrecto)” (p. 17).
En este sentido, el uso del lenguaje articulado nos permite construir razonamientos. Los razonamientos son relaciones entre un conjunto de premisas o argumentos y una o varias conclusiones que se derivan de estos. Los razonamientos pueden ser deductivos o inductivos, válidos o inválidos, correctos o incorrectos.
La conciencia científica es aquella que verifica en las premisas o los argumentos un planteamiento basado en principios, hechos y datos científicos (no en juicios de valor o en falacias) y comprueba que de estas premisas o argumentos se deriven, necesaria o parcialmente, una o varias conclusiones. O sea, la conciencia científica se construye a partir de razonamientos válidos o correctos.
Es así como el pensamiento lógico o científico constituye un tipo específico de conciencia, a partir del cual podemos interpretar el mundo sin prejuicios ni errores de razonamiento.
Una conciencia no científica
No todas las personas desarrollan una conciencia científica como la anteriormente descrita, por distintos factores socioculturales. La mayoría pueden desarrollar este tipo de conciencia si han tenido acceso al sistema de educación superior, donde han aprendido varios métodos y técnicas de investigación científica. La gran mayoría de las personas comete errores científicos al plantear las premisas o argumentos de sus razonamientos y deriva de estos, conclusiones con un amplio margen de error.
Un ejemplo de esto son los prejuicios. De acuerdo con Arendt (1997), un prejuicio es algo que le antecede a un juicio y, por lo tanto, no es un razonamiento. Un prejuicio es una afirmación categórica, de acuerdo con la cual todos los individuos que pertenecen a una determinada clase poseen una característica en específico.
El origen de un prejuicio es una creencia que puede tener como sustento el miedo o el rechazo. Ejemplos de prejuicios son: “los nicaragüenses son malos”, “las mujeres tienen la culpa del acoso porque provocan a los hombres” o “los empleados públicos son parásitos del Estado”. Estos tres ejemplos demuestran como un prejuicio sostiene que todos los individuos de una misma clase, a saber “nicaragüenses”, “mujeres”, “empleados públicos” poseen determinados atributos, “maldad”, “culpabilidad” y “zanganismo”. Ahora bien, la asociación de estas clases con estos atributos proviene de una creencia fundamentada en el temor o el rechazo y no en el planteamiento racional de un argumento.
La ciencia deductiva
Dejemos por un momento de lado los prejuicios y volvamos a la ciencia. Mejor dicho, a un tipo específico de ciencia: la ciencia racionalista deductiva.
El método que sigue la ciencia deductiva es el planteamiento de un axioma, el cual es un principio que sirve para demostrar, pero que no puede ser demostrado. Algunos ejemplos de axiomas son los siguientes: “el todo es la suma de la totalidad de sus partes” o “todo triángulo tiene tres ángulos”. En ambos casos no se puede comprobar esto recurriendo a una verificación de todas las totalidades ni de todos los triángulos, pero el principio se asume para derivar otros argumentos.
La ciencia deductiva parte de los axiomas para fundamentar teoremas, a partir de inferencias necesarias; a modo de ejemplo, en la matemática, el Teorema de Pitágoras. Un conjunto de teoremas constituye una teoría científica.
Esta misma relación se presenta en la naturaleza misma de las cosas, entendidas desde la perspectiva de las ciencias positivistas o aquellas que no parten de axiomas sino de observaciones y datos verificables. A modo de ejemplo, sabemos que las células conforman tejidos, los tejidos constituyen órganos y los órganos sistemas.
Relación ideológica entre los axiomas y los prejuicios
El problema fundamental de los prejuicios es que, en un nivel ideológico, fungen el papel de los axiomas en la ciencia deductiva, pero para definir una visión de mundo que no es científica.
A partir de uno o varios prejuicios se plantean constructos retóricos y, a partir de estos constructos retóricos, se confeccionan discursos que determinan el modo de ver el mundo de las personas que son persuadidas a ver el mundo de una manera “x” o “y”.
Hoy, el papel que juegan las redes sociales en la vida cotidiana de las personas y el rol de los troles de pago para influenciar la opinión pública parten de mecanismos propios del conductismo político (Lasswell & Kaplan, 1950). El proceso inicia con un prejuicio que se arraiga en el instinto y la parte irracional de las personas para plantear razonamientos heurísticos y retóricos y convencer que los discursos de determinados políticos son los mejores y los únicos que deben imperar en la palestra de la política.
Conciencia de clase
Esto nos hace centrarnos en otro tipo de conciencia. Un nivel muy básico de conciencia se asocia al instinto y a la necesidad de satisfacer nuestras necesidades básicas. Por ejemplo, necesitamos comer y dormir. Todos los seres humanos necesitamos comer y dormir, pero esas no son nuestras únicas necesidades. Tenemos necesidades de otro orden, como el ocio, la educación y la salud.
Es así como las necesidades de los distintos órdenes van a determinar nuestros intereses. Yo tengo interés de vivir mejor, recibir un mejor salario, tener acceso a buenos servicios de salud, educación, telecomunicaciones, banca, agua, electricidad, etc. Probablemente todas las personas proletarias o trabajadoras se identifican con los mismos intereses. Esto se debe a que son personas asalariadas.
Aunque algunas tengan más o menos cosas materiales o satisfagan más holgadamente sus necesidades que otras: son personas asalariadas y nuestra economía depende en gran parte de un salario. Según Lucaks (2013): “La conciencia de clase es la “ética” del proletariado, la unidad de su teoría y de su práctica, el punto en el cual la necesidad económica de su lucha libertadora muta dialécticamente en libertad” (p. 139).
Si las personas son asalariadas, esto quiere decir que son trabajadoras. Si son trabajadoras, trabajan para alguien que es la parte patronal o aquella que paga sus salarios para que trabajen. Es aquí donde los intereses de las personas trabajadoras dejan de ser individuales y no es el individuo el que quiere un mejor salario; es una clase trabajadora que posee los mismos intereses en común, los cuales son determinados por sus necesidades. Por eso, en la dinámica de los papeles con colores distintos cada persona defiende el color del cartón que le correspondió, ya que cada quien debe éticamente defender el color del papel que le tocó jugar en la sociedad.
Pero los intereses y las necesidades de la clase trabajadora no son los mismos que los intereses y necesidades de la parte patronal o de las élites de poder que concentran la mayor de la riqueza de este país. Por lo tanto, aunque yo sea un médico o médica que gane varios millones, acorde con el trabajo que realizo, y compre varios apartamentos y los alquile y mis ingresos no provengan todos de mi salario, este es una fuente esencial de mis ingresos y, aunque tenga mejores condiciones materiales que otras personas asalariadas, mis intereses son muy distintos de los de la clase que conforman las principales élites de este país.
Mis intereses están más cercanos a los de el o la secretaría o chofer de la clínica de salud que a los de otras personas que tienen mayor poder adquisitivo en el país.
Los intereses de clase
Así como en la dinámica lúdica de la conferencia cada quien tiene un papel de un color en sus manos y lo defiende frente a otra persona que tienen un papel con un color distinto, cada clase social tiene sus intereses en particular, los cuales se oponen a los intereses de las demás clases sociales.
¿Cuánto cuesta en el sector privado una operación de vejiga baja en 3/4, para una señora adulta mayor que la vejiga se le sale por la vagina y le rosa el calzón, causándole un dolor y una agonía fatal? Pongamos el caso hipotético que cuesta 22 millones de colones. Supongamos que soy un médico especialista en un hospital y gano 4 millones de colones al mes; tengo un consultorio privado en el que gano otros 3 millones de colones; además, alquilo 5 apartamentos en 500 mil colones, lo que suma 2 millones y medio de colones al mes. O sea, tengo una entrada de 9 millones y medio al mes. En otras palabras, si tengo que pagar la operación de vejiga baja de mi madre en un hospital privado, tendré que disponer de los ingresos totales de aproximadamente dos meses, para verla sana y feliz.
Ahora, supongamos otro caso: yo pertenezco a una élite económica de este país, tengo inversiones en zonas francas y un ingreso neto de 350 millones de colones al mes. En este caso, mi problema no será llevar a mi madre a operarse de la vejiga baja, sino más bien ver cómo le reduzco el salario a las personas que trabajan para mí, para aumentar mis ganancias mensuales.
Finalmente, supongamos que soy una persona jornalera que gana un salario mínimo o una persona con trabajo informal. En conclusión, tanto al médico especialista con buenas inversiones como la persona jornalera y a la que trabaja de modo informal, les interesa que exista una Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) robustecida y que pueda brindarle una operación accesible a su madre, en las condiciones hipotéticas descritas más arriba.
Contrariamente, los intereses de las élites de poder de este país pretenden quebrar instituciones públicas como la CCSS, las universidades públicas como la Universidad Técnica Nacional (UTN), el Instituto Nacional de Electricidad (ICE) y otras. Los intereses de la persona que gana 9 millones y medio de colones por mes están más cerca de quien gana el salario mínimo que de quien gana 350 millones de colones al mes.
Quien gana 350 millones de colones al mes no tiene problema con que la salud, la educación, el agua, la electricidad y las telecomunicaciones estén reguladas por el sector privado, porque nos les afecta en la misma magnitud las fluctuaciones entre la oferta y la demanda. No tiene inconveniente en que desaparezca la CCSS; es más le sirve que desaparezca porque así tiene que pagar menos impuestos y cargas patronales a sus personas asalariadas. Más específicamente, aquellos sectores de las élites que tienen inversiones en el sector salud, ampliarían sus mercados y aumentarían sus riquezas. Un argumento similar emplean las élites de poder cuando pretenden debilitar, tercerizar y privatizar la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA), la Universidad Técnica Nacional (UTN), el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el ICE, el Instituto Nacional de Seguros (INS), etc.
En contraste, los intereses de quienes tienen como principal fuente de ingresos sus salarios, e incluso de muchas personas empresarias que no lucran como las personas de las élites de poder, necesitan de la CCSS, de la Banca Estatal, de las universidades públicas, del INA, del Ministerio de Educación Pública (MEP), del ICE, de Acueductos y Alcantarillados (A y A), del INS, etc. De ahí que deben luchar por sus propios intereses e impulsar políticas que tiendan al robustecimiento institucional y la buena administración de estas instituciones y no al “fortalecimiento” (término neoliberal que es sinónimo de debilitamiento institucional, tercerización de servicios esenciales y privatización) y a una mala administración de estas, tal y como lo impulsan las élites de poder, a partir de los últimos gobiernos de turno.
Una defensa similar debe realizarse de los derechos laborales, manifiestos en el Código de Trabajo, los cuales tienen que tender a aumentar la protección de los derechos universales de las personas trabajadoras y no a flexibilizar la legislación hasta hoy existente, en favor de los beneficios de las élites de poder de este país.
Conciencia invertida
Debe diferenciarse entre la conciencia de clase o aquella que me hace estar consciente de mis propios intereses (la élite política de este país tiene muy claros sus propios intereses) y una conciencia invertida o falsa conciencia, a partir de la cual yo no defiendo mis propios intereses y los intereses de mi clase, sino los de la otra clase antagónica (Marx & Engels, 1989). Esta diferencia es importante porque, según Adorno (1969): “la validez específica del concepto ideología reside en su definición como falsa conciencia” (p. 199). O sea, en la medida que la clase trabajadora no tenga una conciencia de clase sino una conciencia invertida o una falsa conciencia, los intereses de las élites de poder, y no de las personas trabajadoras, se materializan históricamente en el poder, el discurso, la legislación y el aparato coercitivo.
Es aquí donde se amarra lo que hablamos más arriba sobre la conciencia no científica, los prejuicios y la ideología, en oposición a la conciencia científica y a la conciencia de clase. Muchos de los prejuicios que son asumidos como si fueran axiomas, no para construir teoremas ni razonamientos científicos, sino argumentos persuasivos y discursos políticos, tienen como fin convencer a las masas de pensar y actuar en contra de sus propios intereses y defender los intereses de las élites de poder del país. O sea, generar una conciencia invertida o una falsa conciencia en las masas para que concuerden con argumentos falaces, en favor de los intereses de los grupos dominantes.
En síntesis, la conciencia invertida como un proceso de alienación, se da cuando yo y otras personas, consciente o inconscientemente dejamos de ser yo-nosotros y nos convertimos en otro u otra, incapaz de defender nuestros propios intereses y contrariamente reafirmando los de la clase dominante o lo que es lo mismo, los de las élites de poder.
Cuando escuchamos en las redes sociales o en las interacciones cotidianas a las personas decir: “la CCSS no sirve para nada”, “ojalá y la privaticen”, “los empleados públicos son vagos y ladrones”, etc., estamos frente a personas que poseen una conciencia invertida de la realidad y actúan en contra de sus propios intereses.
El realismo político como punto de partida de la política de las élites de poder
Descripción de la dinámica de la ensalada de fruta
La segunda dinámica lúdica realizada durante la conferencia del 80 Aniversario de SIPROCIMECA consiste en que cada persona tiene cinco imágenes de frutas en sus manos. Tres frutas son diferentes y tres repetidas. Por lo tanto, cada persona debe buscar entre las demás personas participantes a alguna que tenga las imágenes de dos frutas que le permitan completar una ensalada de frutas con cinco frutas diferentes.
La negociación para intercambiar las imágenes de las frutas tiene un conjunto definido de cinco variables:
a. ambas personas poseen una fruta que le hace falta a la otra y hacen un intercambio que les favorece a las dos;
b. una de las dos personas posee una fruta repetida que la otra necesita y la intercambia por una que no necesariamente necesita, pero siempre recibe algo a cambio;
c. el intercambio no beneficia a ninguna de las dos personas, porque ninguna puede completar su ensalada de frutas con las frutas repetidas de la otra persona;
d. nadie o muy pocas personas están dispuestas a ceder una fruta que no tengan repetida, con el único fin de que otra persona complete su ensalada de frutas, a costas de tener cuatro frutas repetidas y no tres;
e. puede ser que, aunque yo tenga una fruta repetida que necesite otra persona, esa otra persona no tenga una fruta repetida que yo necesite y, por tanto, no quiera realizar la transacción.
Estas cinco variables se pueden presentar en otros procesos de negociación, pero, ¿cuáles de estas son las que se corresponden con el pensamiento de las élites de poder, la clase política de las altas jerarquías que administran las instituciones públicas y las patronales privadas de las grandes empresas?
El ser humano es bueno por naturaleza
El pensamiento de Sócrates parte de un axioma: “el ser humano es bueno por naturaleza”. De este axioma se deriva que el ser humano es bueno, pero se ha olvidado de su propia bondad y, por esto, mediante la mayéutica, un método que consiste en preguntas y respuestas puede ir recordando su propia bondad (Platón, 1985). De aquí nace la idea filosófica occidental de que el ser humano es bueno por naturaleza. Esta idea sustenta uno de los anteriores tipos de negociación o aquel en el que una persona cede una fruta para que otra persona complete su ensalada de frutas, aunque reciba una que no le permitirá completar la suya.
Esta variable es el fundamento de muchas de nuestras relaciones sociales, por ejemplo, cuando damos unas monedas o un almuerzo a una persona en condiciones de callejización; cuando le regalamos algo a una persona, sin esperar recibir nada a cambio; el soporte económico, educativo y sociocultural que le damos a nuestros hijos e hijas. Las ayudas que brindamos cuando alguna familia o comunidad está viviendo una situación difícil. Nuestra colaboración cuando hay desastres naturales, etc.
Más específicamente, muchas personas afiliadas a sindicatos, organizaciones libres de personas trabajadoras, brindan una cuota no tanto pensando en obtener un beneficio directo, sino basándose en el principio de solidaridad para que exista una organización que defienda los derechos y los intereses de las personas trabajadoras en general y vele por ellos. Lo lamentable de esto es que este no es el fundamento desde el cual las élites de poder, la clase política que administra las instituciones públicas y las grandes patronales privadas parten para negociar con la clase trabajadora.
Platón o el punto de partida del realismo político
La idea socrática de que el ser humano es bueno por naturaleza es el punto de partida del planteamiento epistemológico de Platón. Para Platón, existen dos mundos: a. el topos uranos, el lugar del cielo o el mundo de las ideas o esencias; b. el mundo de los objetos sensibles y sin esencia. El primer mundo es lo real y lo verdadero y a este mundo pertenece el alma de las personas. El segundo mundo es la apariencia o aquel donde todo está sujeto a la corrupción o el cambio, la generación, la destrucción y la muerte. Por esto, el cuerpo pertenece a este mundo. Para Platón, el alma cayó del mundo de las esencias al mundo de los objetos y por eso poseemos un alma y un cuerpo y es a través de la razón que descubrimos las verdaderas esencias de todas las cosas, las cuales son lo bueno, lo bello, lo justo y la unidad. Por el contrario, a través del conocimiento sensible solamente podemos conocer la corrupción del mundo material (Platón, 1988). En conclusión, desde Platón, en el plano epistemológico, el cuerpo nos conduce al error y a un conocimiento falso, malo o no científico, relacionado directamente con la opinión.
Agustín de Hipona
El pensamiento de Platón es el punto de partida de Agustín de Hipona quien escribe en el siglo V, Ciudad de Dios. Esta obra fue escrita en una época en que Roma había caído en manos de las hordas de Alarico y la clase política romana culpaba al cristianismo de ser la causa de la caída del imperio. En este contexto, Agustín plantea la existencia de una Ciudad Térrea, la cual es gobernada por “hombres” (y digo “hombres” para dejar en evidencia el nivel patriarcal de este pensamiento) que tienen una naturaleza corrupta, la cual tiende hacia el mal. Esta ciudad contrasta con la Ciudad del Dios, la cual es armoniosa y se encuentra bien gobernada, porque su gobierno viene de Dios y de los ángeles. Por esto, la Ciudad Térrea debe ser gobernada buscando acercarse a la Ciudad de Dios, pero la naturaleza humana, al ser corrupta por el pecado original, no es capaz de comprender todos los designios de Dios y solo la Providencia sabe por qué cayó Roma, de acuerdo con el plan divino de Dios. Al igual que los individuos se salvan gracias a sus sacrificios y entran a la Ciudad de Dios, las ciudades deben ser gobernadas de tal manera que se acerquen a esta ciudad para ser salvas y tener justicia. En conclusión, desde Agustín, en el ámbito de la política el ser humano es malo por naturaleza (Agustín, 2009).
Nicolás Maquiavelo
En el Renacimiento europeo, la idea de que el ser humano es malo por naturaleza es profundizada por Maquiavelo, quien en 1513 escribe el Príncipe, una obra política que busca brindarle una serie de consejos prácticos a Alejandro de Medeci, por medio de los cuales un príncipe puede conservar el poder en cualquier circunstancia, afrontando la maldad del pueblo, tanto hacia el interior de su principado como en sus relaciones internacionales. Maquiavelo parte del axioma de que el ser humano es malo por naturaleza y buscará a toda costa quitarle el poder al príncipe, motivo por el cual este va a tener que estar atento y aplicar distintos mecanismos para tener al pueblo bajo su control, ya sea mediante la concesión de determinados grados de poder o mediante el temor y el ejercicio de la fuerza (Maquiavelo, 2010).
Martín Lutero
Aunado a esto, la Reforma protestante tiene como principal referente a un monje agustino, llamado Martín Lutero, quien vivió entre 1483 y 1546. Su pensamiento parte de algunos principios de Agustín de Hipona para sostener que el ser humano es malo por naturaleza, egoísta y su naturaleza es de contumeliosa maldición. Por lo tanto, la única esperanza del ser humano es establecer un vínculo directo con Dios, para conocer el mundo a través de este vínculo y así ser una persona salva. Ahora bien, no todas las personas pueden establecer este vínculo y lo que predomina en el mundo es la corrupción y el pecado (Lutero & Calvino, 1991).
Adam Smith
La Reforma protestante es la base del puritanismo inglés, el cual es la posición religiosa de uno de los padres de la teoría económica del capitalismo: Adam Smith. Este autor publicó en 1776 su obra La riqueza de las naciones, en la cual sostiene que los seres humanos somos egoístas y buscamos que otros hagan nuestros trabajos para evitar fatigarnos, pero los otros solo van a realizar esos trabajos por nosotros, si reciben algo a cambio. Este es el origen del mercado para Adam Smith (2003) y refleja los principios de intercambio predominantes en la dinámica de la ensalada de frutas.
El realismo político como punto de partida de las prácticas políticas de las élites de poder
El realismo político parte del axioma que hemos descrito: “el ser humano es malo por naturaleza” y los principios del realismo político son los que orientan las prácticas políticas de las élites económicas, la clase política que administra las instituciones públicas y las grandes patronales privadas.
El realismo político se sustenta epistemológicamente en el planteamiento de Maquiavelo y la influencia del pensamiento protestante en la concepción de la política. Luego, tal y como lo plantea Schmitt (1985), para la parte gobernante, la parte gobernada es irracional, incapaz de celebrar un contrato y debe ser engañada o persuadida, mediante el empleo de arcanos o secretos políticos, para garantizar la estabilidad de la parte gobernante en el poder. Esto dice al respecto Schmitt:
Es propio de las concepciones humanistas ver en el pueblo - una masa informe, el animal polícromo… algo irracional, a lo que hay que dominar y conducir por medio de la razón. Pero si el pueblo es irracional, no se puede negociar ni concluir contratos con él, sino que hay que dominarlo por la astucia o por la fuerza. El entendimiento no puede aquí hacerse entender, no razona, sino dicta. Lo irracional es tan solo el instrumento de lo racional, porque solo lo racional puede realmente dirigir y actuar (p. 40-41).
El contrapeso de la teoría del contrato social
El realismo político atenta en contra de la teoría del contrato social, según la cual, los seres humanos somos libres e iguales por naturaleza y, haciendo ejercicio de nuestra libertad e igualdad, concedemos, mediante un contrato social, nuestro derecho natural para crear un commonwealths o un Estado que nos garantice un derecho civil y hemos establecido una autoridad común, la cual debe impartir justicia en condiciones de imparcialidad y velar por el bien común (Locke, 1988).
De acuerdo con esta teoría, las funciones de una persona gobernante son limitadas y debe cumplir con los fines para los que fue electa. Si no administra justicia con imparcialidad y no vela por el bien común y solo gobierna para algunos cuantos sectores, entonces el pueblo puede exigirle que deje el poder (Locke, 1988)
Un principio básico de todo contrato es que ambas partes hagan ejercicio de su libertad y de su razón. En otras palabras, si alguna persona está en un profundo estado de ebriedad y otro se acerca y le hace firmar un contrato donde le traspasa todos sus bienes, la persona afectada puede llevarle a juicio, porque la hicieron firmar un contrato cuando no estaba haciendo ejercicio pleno de sus facultades racionales. Por esta misma razón, una persona que padezca algún tipo de esquizofrenia y que se encuentre enajenada, no puede ser testigo en un juicio ni celebrar por sí misma contratos.
En otras palabras, si las élites de poder, la clase política que administra las instituciones y las grandes patronales parten del principio del realismo político conforme al cual el ser humano es malo por naturaleza y de que la parte sometida o la parte gobernada no es racional, entonces quieren imponer sus reglas de juego y condiciones que favorezcan su permanencia y estabilidad en el poder o sus ganancias, mediante distintos mecanismos que van desde el engaño, la persuasión, la ley y la fuerza.
No conciben que pueda haber una negociación de igual a igual con el pueblo o la clase trabajadora o las personas empleadas de una empresa en específico y si recurren a espacios de negociación, como las negociaciones de convención colectiva o para definir mejores condiciones de las personas trabajadoras de una empresa, es porque por arduas luchas históricas se han establecido leyes y normativas nacionales e internacionales que así los obligan. No porque las élites nos conciban como seres libres, racionales e iguales.
Principios de negociación en el realismo político
Es aquí donde hay que volverse al análisis de la segunda dinámica. Cuando la otra persona tiene la fruta que yo necesito, se abre un espacio de negociación, independientemente de si la conozco o no. Si yo tengo repetida la fruta que esa persona necesita, el intercambio es inmediato. Ambas partes nos vemos beneficiadas porque tenemos algo que ofrecer. Esto se relaciona con la naturaleza egoísta que, según Adam Smith, posibilita el mercado capitalista; las personas son malvadas y egoístas por naturaleza, motivo por el cual solamente van a hacer el trabajo que yo no quiero hacer para evitar la fatiga, si reciben algo a cambio que les genere un beneficio.
Este es el único modo de negociar a partir del cual las élites de poder de nuestro país, la clase política que administra para las élites las altas esferas de la administración pública y la mayoría de las grandes patronales, reconocen la existencia de una contraparte capaz de negociar con ellas: cuando los movimientos sindicales o sociales tienen algo qué ofrecer; algo con lo cual poder negociar, en tanto que esa otra parte lo quiera y para obtenerlo tenga que ceder otras cosas.
Conclusiones
Las élites de este país, la clase política que administra las instituciones y las grandes patronales no son altruistas. Conciben las negociaciones con el pueblo y la clase trabajadora desde el realismo político y en la medida que puedan imponer sus propias condiciones, los resultados de la negociación van a ser más efectivos para esos grupos. Solo van a ceder si proyectan la posibilidad de un peligro que pretenden evitar o la necesidad de zigzaguear para lograr algo que quieren obtener.
La clase política o las grandes patronales privadas solo negocian una convención colectiva con los sindicatos, porque así lo exige la ley o por la organización de las personas trabajadoras y en la negociación siempre hay un estire y encoge donde los sindicatos u otras organizaciones de personas trabajadoras deben plantarse fuertes para velar por el cumplimiento de los derechos humanos y laborales que las personas trabajadoras se merecen, de acuerdo con sus intereses de clase.
El empleo de estrategias como troles de pago en redes sociales para promover determinados discursos, empleando mecanismos de conductismo político y partiendo de prejuicios para potenciar esos discursos, es un ejemplo de que las élites políticas y económicas de este país no conciben al pueblo como un todo racional, sino como una masa irracional que deben saber conducir para que haya seguridad social y puedan cumplir sus propios objetivos.
No debe olvidarse que es desde el realismo político que se nos concibe en cualquier tipo de negociación con las élites de este país, la clase política y las grandes patronales. Solo la presión popular y obrera, la cual tiene la potencia de afectar sus intereses, mediante distintos mecanismos que van desde recurrir a los tribunales nacionales o internacionales hasta las huelgas, puede hacer que estos grupos concedan algunas de las demandas de los sectores populares y de la clase trabajadora de este país.
Es por esto último que se vive una guerra en el plano ideológico, ya que en la medida en que las personas tengan una conciencia de clase más arraigada en su ser y sean más conscientes de sus propias necesidades, representan un mayor peligro para los intereses de las élites de poder. De modo opuesto, entre más personas estén alienadas y tengan una conciencia invertida de su realidad, más fácil le será a las élites de poder controlarlas, entenderlas como una parte irracional que puede ser controlada mediante distintos artilugios, y materializar sus intereses sin la necesidad de recurrir a una negociación real que permita afianzar los derechos de la clase trabajadora.
Referencias
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Notas al final
1 Este ensayo sistematiza los resultados de una investigación realizada para brindar una conferencia en el marco del 80 Aniversario de SIPROCIMECA. Durante esta conferencia hubo lapsos en los que se realizaron dinámicas lúdicas con el fin de que las personas aprendieran sobre la conciencia social, no solamente a través de la percepción abstracta de los conceptos, sino a través de sus sentires y sus cuerpos. En el desarrollo, se explican dos de las dinámicas lúdicas realizadas y se mantiene el estilo narrativo empleado en la realización de la conferencia para conservar el espíritu de dinamismo en la exposición escrita.
2 Estos dos conceptos, así como el de realismo político, serán explicados en el desarrollo del presente artículo.
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