Revista Académica Divulgativa Arjé, Julio - Diciembre 2020, Volumen 3, Número 2
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Artículos
Freire (1975) expresa que “en el proceso de
aprendizaje, solo aprende verdaderamente
aquel que se apropia de lo aprendido, transfor-
mándolo en aprehendido con lo que puede,
por eso mismo reinventarlo” (p. 28), mediante
la experiencia novedosa, permitiendo ver que
como humanos solo tenemos el mundo que
creamos con los otros, y así podemos llegar al
aprendizaje, “ya sea porque razonamos hacia
ello, o bien, y más directamente, porque algu-
na circunstancia nos lleva a mirar al otro como
un igual, en un acto que habitualmente llama-
mos amor” (Maturana y Varela, 1999, p. 163).
Las personas aprendientes requieren adqui-
rir nuevas formas de pensar, actuar, sentir en
el convivir diario por medio de actitudes, va-
lores, habilidades y destrezas, para articular
situaciones de aprendizaje que le permitan
asimilar, desarrollar y aplicar en la práctica lo
aprendido; “Sólo cuando la inteligencia ope-
ra de manera libre y creativa puede la mente
abandonar las estructuras de categoría rígi-
das y ser, por tanto, capaz de comprometerse
en la formación de nuevos órdenes” (Bohm y
Peat, 1988, p. 133), de esta manera, se pueden
apropiar de un conocimiento no fragmentado
y como aprendientes encontrar sentido a sus
aprendizajes, desarrollar sus propias capacida-
des y dotar de significado sus acciones, con
una actitud de aprendizaje significativa, conti-
nua y permanente.
Por lo que aprender es un proceso creativo y
se autoorganiza, si no se es creativo, se disipa,
lo que le da cabida a la fosilización de las ha-
bilidades del aprendiente; “La percepción sen-
sitiva se halla fuertemente determinada por la
disposición global de la mente y el cuerpo [...]
y de manera significativa con la totalidad de
la cultura y la estructura social” (Bohm y Peat,
1988, p. 77); todos somos creativos, esta es
una habilidad que se desarrolla durante toda
la vida, por eso, al compartir el conocimiento
en la incertidumbre, las personas se preocu-
pan por mejorar su reflexión cognoscitiva. “Lo
que se necesita no es sólo una oleada crea-
tiva, sino un nuevo orden de oleada creativa,
un orden que sea extensivo a la ciencia, la
cultura, la organización social y el conocimien-
to” (Bohm y Peat, 1988, p.233). De este modo,
las sociedades se cuestionan aún más por lo
que sucede en sus zonas de desarrollo próxi-
mo, dando como resultado personas creativas
y aptas para encontrar distintas alternativas a
sus conflictos y resolver los problemas cotidia-
nos de forma práctica.
Vivir de forma autoorganizada
La humanidad se ha caracterizado por preo-
cuparse por la calidad de vida de sus habitan-
tes, por tal motivo temas como la medicina,
economía y seguridad social son solo algunos
ámbitos donde el ser humano se ha focaliza-
do en sociedad. La poiesis y autoorganización
humana les ha permitido a las personas po-
tenciar y mejorar su calidad de vida, por eso
como parte de su autoorganización, el ser hu-
mano ha desarrollado la inteligencia y la vida
artificial, los cuales son dos términos que tienen
semejanzas y diferencias.
Por un lado, en términos informáticos se puede
decir que, “la inteligencia artificial es una rama
de la computación y relaciona un fenómeno
natural con una analogía artificial a través de
programas de computador” (Movetia, 2018).
La vida artificial, por otro lado, es el estudio de
los sistemas artificiales que exhiben propieda-
des similares a los seres vivos, a través de mo-
delos de simulación. En virtud de lo anterior, se
pretende crear vida, mediante la imitación de
procesos y comportamientos de los seres vivos,
todo esto con el fin de solucionar problemas
del mundo real.
Uno de los grandes desafíos para la creatividad
humana, con respecto al tema de la inteligen-
cia artificial es que las máquinas aprendan por
sí solas, a este mecanismo se le conoce como
aprendizaje automático. En la actualidad, se
emplea este tipo de inteligencia para ayudar
a las personas en situaciones cotidianas, por
ejemplo, estafas con tarjetas de crédito, mer-
cado de valores, reconocimientos del habla y
lenguaje escrito, juegos y robótica. En el cam-
po educativo, la inteligencia artificial ha bene-
ficiado a la generación Z también conocida
como generación V (en referencia a virtual),