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Carranza, C., Clerc, N., Madriz, C.Evaluación de la gestión pública: Gobierno Central de Costa Rica periodo 2007-2017.
En lo que respecta a la definición de inversión pública,
la Dirección Nacional de Presupuesto de Chile, en siglas
DIPRES (como se mencionó en Pacheco, 2010), define la
inversión pública como “(...) el aporte del Sector Público
al aumento del stock de capital en la sociedad, expan-
diendo las posibilidades de producción y de ingreso a ella
por medio de un gasto que debe ser eficiente, eficaz y de
calidad” (p. 10).
De esta forma, es fundamental la capacidad institucional
del Estado para designar la cantidad y el uso de recursos
disponibles para realizar la inversión pública de forma
exitosa y equitativa, mediante el estudio a profundidad de
la medición de los ingresos y gastos gubernamentales, el
fortalecimiento de áreas estratégicas del bienestar general
(vivienda, salud, educación, infraestructura, transporte,
entre otros) y la identificación de los actores beneficia-
rios directos e indirectos de la ejecución de esta inversión
pública para el desarrollo a nivel nacional.
Milton von Hesse de la Universidad del Pacífico de Lima
Perú (2001), acota que este concepto “(...) ha sido tradi-
cionalmente una variable de ajuste de las cuentas fiscales
(...) [siendo] parte fundamental de un plan de estímulo
económico en el contexto de la implementación de una
política fiscal contracíclica” (p. 4); lo que implica que la
inversión pública se ve influenciada por la disponibilidad
de recursos monetarios para la ejecución y puesta en mar-
cha de los proyectos y planes que los Gobiernos deseen
implementar como parte de su gestión pública.
En virtud de ello, toda recaudación monetaria constituye
un estímulo económico para los gobiernos, debido a que
se suman los recursos disponibles para hacerle frente a
las obligaciones gubernamentales en materia de obra pú-
blica, que permite mejorar la calidad de vida ciudadana.
Ahora bien, cuando se habla de la inversión pública estra-
tégica se refiere a la búsqueda del fortalecimiento del va-
lor público y el bienestar general a través de la asignación
de recursos presupuestarios destinados a vivienda, salud,
educación, transporte, energía, telecomunicaciones, am-
biente, empleo, comercio, industria, economía, etc. Para
alcanzar una inversión pública estratégica, si se considera
que en el presente las demandas sociales son ilimitadas y
los recursos con los que cuentan los gobiernos para satis-
facer dichas necesidades son limitados e impiden mejorar
la gobernanza y la gobernabilidad, es necesario entonces
el deber de la realización de esfuerzos de gran magnitud
enfocados a mejorar dicha inversión para que la misma
sea vista como una herramienta fundamental en este pro-
ceso. Bonari y Gasparin acotan al respecto:
La articulación entre los planes de gobierno y la asig-
nación de recursos constituye el núcleo de la gestión en
el nivel meso de la administración pública. Para admi-
nistrar los recursos sobre la base de resultados, es ne-
cesario tener presente un marco lógico que contemple
al menos los siguientes elementos: recursos (físicos y
monetarios), actividades, productos y resultados e im-
pactos esperados, así como indicadores (2014, p. 7).
Por ende, las instituciones públicas deben hacer uso efi-
ciente de los recursos disponibles, sin hacer distinción
del método de financiamiento elegido; de lo que resulta
necesario como lo acota la CEPAL (2003, p. 27): (...) un
flujo de recursos que se relaciona con una política pública
determinada, que parte por la fijación de objetivos de ca-
rácter estratégico, que utiliza recursos humanos, moneta-
rios e institucionales, entre otros, para el cumplimiento de
los programas y que finalmente se expresa en proyectos
ejecutados que redundan en bienes o servicios que son
transferidos a la población.
Esto significa que la inversión pública estratégica debe
complementarse con la existencia de proyectos de inver-
sión, los cuales son el grupo de procedimientos y activi-
dades planeadas y relacionadas entre sí que permiten lle-
var a cabo una inversión pública y cuyos elementos están
ligados como una unidad funcional. Al respecto, dichos
proyectos permiten brindar una solución completa a una
necesidad o requerimiento social y permiten dar inicio al
desarrollo o mejorar la prestación de un servicio o dili-
gencia pública.
Igualmente, si existen canales de comunicación acerta-
dos entre los actores pertenecientes a esta temática (sec-
tor público, sector privado, sociedad civil, entre otros) y
mejores formas de plantear el tema de inversión pública;
se pueden establecer con mayor seguridad las fuentes
de financiamiento requeridas para ejecutar dicha inver-
sión pública, respondiendo a las siguientes interrogantes:
¿Para qué se va a utilizar? y ¿Cuáles son los rendimientos
económicos, sociales y políticos?
Lo anterior lleva a analizar la existencia en el futuro de la
inversión pública, de 3 variables necesarias para la buena
marcha de los proyectos, planes, programas y políticas
públicas diseñadas en esta área: primeramente, si un pro-
grama de inversión pública es bueno, en segundo lugar,
si se proporcionan réditos sociales a diferentes grupos so-
Yulök Revista de Innovación Académica, ISSN 2215-5147, Vol. 4, N.º 2
Julio- diciembre 2020, pp. 74-97