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Yulök Revista de Innovación Académica, ISSN 2215-5147, Vol. 5, N.º 1
Enero- junio 2021, pp.93-97
la veracidad de los hechos. Lo más importante es apren-
der de la guerra con hechos concretos, para que nos sirva
como aprendizaje y no tener que recurrir más a ella. El rol
actual de un Museo dedicado a una guerra es trabajar para
divulgar el valor de la paz.
¿Qué podemos aprender de las guerras? ¿Serán estas un
mal necesario?
Desde el punto de vista del lenguaje, se presenta a con-
tinuación un listado de vocablos asociados a la palabra
“Guerra”, para tratar de mostrar su huella en la historia
de la humanidad: odio, venganza, afán de poder, con-
quista, vencer, victoria, masculinidades enfrentadas, in-
ferioridad, superioridad, traición, racismo, imperialismo,
saqueo, botín, oportunidad, negocio, imposición, territo-
rios, estrategias, jerarquías, sólo por decir algunas pala-
bras que traen las guerras. Sin embargo, no todo es nega-
tivo, pues las guerras, también han servido para afirmar
el concepto de nación, identidad, soberanía, patriotismo,
civismo, reconocimiento de derechos sobre lo propio,
conocimiento del otro, respeto por el otro, humildad,
prudencia, aprendizajes compartidos, afianzamiento de
creencias en algunos casos o relajamiento de costumbres
en otros, pues hay una pérdida de credibilidad en todo lo
establecido. Al final de una guerra, se pueden reconocer
errores cometidos y entre las consecuencias más funestas
que nos dejan, están los desastres humanos, económicos,
ambientales, demográficos, pues las guerras son una cala-
midad, dejan muertos y heridos de ambos bandos, no hay
vencedores ni vencidos, hay aliados y enemigos, hay ban-
dos enfrentados, saqueadores y oportunistas que a partir
de la guerra sacan una ganancia, el negocio de la guerra,
desvío de recursos que se pueden utilizar en educación,
salud, progreso material como caminos, escuelas, hospi-
tales, etc.
¿Por qué son importantes los museos dedicados al estudio
de las guerras? Porque a partir del estudio del conflicto,
causas y consecuencias, se puede buscar el camino de la
paz. La guerra es el antónimo de la paz. Psicológicamente
hablando en la vida de todo ser humano hay momentos
de paz y hay momentos de lucha, de adversidad, de tri-
bulación que sacan lo mejor y lo peor del ser humano.
Eso va a estar presente desde siempre en la historia de la
humanidad y las guerras también puedan ser vistas como
agente de cambio, de transformación, aceleran el cambio,
ya nada vuelve a ser igual. Lo más importante del estudio
de la “Guerra”, desde el rol de los Museos, es procurar
que ésta nos sirva como aprendizaje para no tener que
recurrir más a ella.
Antecedentes de la entrega de la colección arqueo-
lógica proveniente del Campo de Batalla La Trini-
dad, 1956-57
El 15 de marzo del 2016, la arqueóloga Maureen Sán-
chez, se presenta en la institución solicitando a la direc-
tora del MHCJS en ese momento, Priscila Alfaro Segura,
un permiso para consultar los acervos y familiarizarse
sobre las colecciones que alberga la institución, con el
interés de iniciar un estudio que comprendiera la deno-
minada, Ruta de Los Héroes, La Aduana de La Garita y
San José de Los Horcones, estableciendo de esta manera
el primer contacto que se incrementaría en el marco de la
investigación arqueológica en La Trinidad, por ejemplo;
el 13 de diciembre del 2017 son recibidos por la Junta
Administrativa del MHCJS el señor Mauricio Ortiz y la
arqueóloga Maureen Sánchez para informar sobre los
avances en la investigación que junto a la arqueóloga Vir-
ginia Novoa, Curadora del Museo de Jade y de la Cultura
Precolombina, desarrollaban en el Campo de Batalla de
La Trinidad y solicitar apoyo económico de la institución
para completar los trabajos.
En el 2018, durante la presente administración, se dio
otra visita de intercambio del proyecto Recuperación e
Interpretación de la evidencia cultural de la Batalla de La
Trinidad durante 1856-1857, Sarapiquí. Para esta oca-
sión, si bien no hubo un apoyo económico por razones
del poco presupuesto disponible, sí se manifestó el inte-
rés de la dirección y la Junta Administrativa por apoyar
la divulgación, tomar nota de los avances y articular una
alianza con la Academia Morista y la arqueóloga Mau-
reen Sánchez, que buscaban ayuda material para finalizar
la excavación que estaban llevando a cabo, publicar los
resultados y producir un audiovisual sobre este proyecto
arqueológico. Esta administración comprendió la impor-
tancia de lo que estaban realizando, la relevancia de este
proyecto, y aunque no podíamos darles ayuda material
ya que no estaba contemplado en el presupuesto de ese
año, la necesidad de poder presentar a futuro, evidencia
histórica de lo sucedido en La Trinidad de Sarapiquí, nos
llevó a dar respaldo institucional incondicional.
A partir de ahí, se fue tejiendo una relación cordial entre
el MHCJS, la Academia Morista Costarricense y la Muni-
cipalidad de Sarapiquí que devino en la “Declaratoria de
la confluencia del río Sarapiquí con el río San Juan como
Sitio de Memoria de la Batalla de La Trinidad del año
1856”, Decreto Ejecutivo # 42707 publicado en el Diario
Oficial La Gaceta del 23 de noviembre de 2020.
Epílogo: La pertinencia del estudio de los Campos de Batalla: escenarios de conictos sociopolíticos