66
Yulök Revista de Innovación Académica, ISSN 2215-5147, Vol. 7, N.º 1
Enero-Junio 2023, pp. 63-74
Gómez, C. Bibliometría y métricas alternativas: Aportes de la producción cientíca en Scopus Elsevier (1999-2020)
para las políticas públicas sobre juventudes.
La perspectiva generacional ha permitido esta contextua-
lización, ya que articula las condiciones tanto estructura-
les, culturales y sociales, con lo juvenil. Esta perspectiva
en los estudios de juventudes apunta a la comprensión de
las transformaciones sociales, a los cambios generados
en las sociedades y su relación con las particularidades
de las juventudes.
La comprensión de las relaciones generacionales se en-
marca en contextos sociohistóricos. De ahí, que el teórico
Karl Mannheim (1993) desarrolló una conceptualización
desde diferentes categorías-posición generacional, cone-
xión generacional, unidad generacional y estratificación
de la vivencia- para la explicación de la formación de una
generación. Para Mannheim (1993), citado en Álvarez
(2018):
Dos generaciones distintas en el tiempo se enfrentan
a mundos exteriores e interiores distintos. Una gene-
ración se enfrentó a un contexto (estructuras) y en él
obtuvo las primeras impresiones del mundo, en la si-
guiente generación ese contexto cambió por lo que sus
primeras impresiones son distintas, y, sin embargo,
ese contexto que cambió aún permanece en la genera-
ción anterior. De esta manera, lo que para una genera-
ción no fue problemático sí lo es para la otra (p. 46).
Al vincularse los estudios de juventudes con la perspec-
tiva generacional y las relaciones inter e intrageneracio-
nales, se reflexiona acerca de las formas en las que las
personas jóvenes se integran en una sociedad en un tiem-
po histórico; lo que se acompaña de acontecimientos y
procesos que determinan una generación que a lo largo
del tiempo generan cambios sociales asociados a varia-
bles como el espacio, género, clase social, entre otras. La
forma en que se conciben las juventudes, la mirada gene-
racional e intergeneracional que tiene, también determina
los cursos de acción que responden a los problemas de
interés público, a los que se dirigen las políticas públicas.
Por lo que el punto de partida de lo que se entiende por
juventudes, es un componente esencial en la línea de ac-
ción definida para alcanzar un fin; así lo demostraron las
experiencias que se produjeron en Chile, América Latina
y países anglófonos (Vommaro,2018, p. 42).
Las políticas que se elaboraron en América Latina antes
de la inclusión del enfoque generacional, se han catego-
rizado en cuatro perspectivas o paradigma relacionadas
con las perspectivas sociales desde las que se entiende
la juventud. El primer paradigma caracterizado por una
condición transitiva de las juventudes, relacionada con
derechos universales y homogenizadores de la pobla-
ción joven; el segundo paradigma se constituye desde
una perspectiva de riesgo, con políticas compensatorias
y muy relacionadas con la criminalización de esta pobla-
ción; el tercero, constituye a esta población como ciuda-
danas y ciudadanos, es decir, sujetos de derechos con un
fuerte componente de articulación institucional y con el
que se concluye, de manera utilitarista como actores para
el desarrollo (Vommaro, 2016, p. 127).
Vommaro (2016) señala que el “Informe Regional de
Población en América Latina y el Caribe 2011. Invertir
en juventud” refiere a la pertinencia de que las políticas
públicas fortalezcan las capacidades y oportunidades de
autonomía sociocultural, política y económicas de las
personas jóvenes. Esta evidencia sustenta la importancia
de que las políticas conciban enfoques que ubiquen a las
personas jóvenes como sujetas de derechos con actoría en
su propio desarrollo; a fin de que se alcancen resultados
que logren efectuar mejoras en sus condiciones de vida.
Precisamente, es la evidencia la que marca una diferencia
sustantiva en la formulación, implementación y evalua-
ción de política pública; el criterio que desde el enfoque
de Política Pública basada en Evidencia (PPBE) puede
despejar vacíos en la determinación de los resultados e
impactos sociales que puede generar la ejecución de po-
líticas en juventud. Para Chaverri y Arguedas (2020), el
enfoque de PPBE pretende que las políticas basadas en
opiniones sean sustituidas por un enfoque que considere
información de alto rigor, aquella que utiliza evidencia
proveniente de investigaciones atinentes y de calidad.
Según lo anterior, desde la academia, el sector público, la
sociedad civil y, ante todo, desde las juventudes, se asien-
ta la necesidad de la formulación, implementación y eva-
luación de políticas públicas con las redefiniciones teóri-
cas y conceptuales, así como metodológicas requeridas,
que respondan y busquen el análisis para la comprensión
de las juventudes a partir de las relaciones generacionales
e intrageneracionales y la contextualización de estas.
En palabras de Vommaro (2015), en un mismo momento
histórico pueden coexistir diversas maneras de producir
juventudes y ser jóvenes. Los jóvenes son “producidos”
por el sistema de dominación. Es ahí, donde se expresa el
conflicto intergeneracional a través de dinámicas políti-
cas, culturales, sociales de las mismas sociedades en los
que se producen.