95
Yulök Revista de Innovación Académica, ISSN 2215-5147, Vol. 8, N.º 1
Enero-Junio 2024, pp. 94-101
Rodríguez, M. Interpretación ambiental del manglar de Bahía Golto: Un aporte a la economía azul.
Introducción
La economía azul (EA) es una economía basada en el de-
sarrollo del ambiente marino que mira hacia el crecimien-
to del bienestar del ser humano, tras una equidad social,
mientras se reducen de forma significativa los riesgos
medioambientales. (Smith-Godfrey, 2016). Este concep-
to surgió durante el proceso preparatorio de Río+20 por
una propuesta de varios países costeros. Según Ivanoa et
al. (2017), este enfoque de economía azul contempla los
mismos objetivos que la iniciativa de Río+20 de econo-
mía verde: “mejorar el bienestar humano y la equidad so-
cial, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales
y los daños ecológicos” (p.3) y se sostiene sobre los mis-
mos principios de: bajo carbono, eficiencia de los recur-
sos e inclusión social. Sin embargo, la economía azul se
enmarca en el contexto del mundo en vías de desarrollo
y está diseñada para reflejar las circunstancias y las nece-
sidades de países cuyo desarrollo se basa en los recursos
marinos (Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, 2016).
Si bien, no hay una definición de la economía azul que
sea sencilla, según Zangrandosi (2017) se puede destacar
las características prominentes en un modelo de econo-
mía azul: a) Reconocer el valor del capital natural, con
tutela del ecosistema marino para que siga siendo provee-
dor de recursos. b) Crear nuevos puestos de trabajo y un
crecimiento basado en actividades relacionadas con los
océanos, mares y costas. c) Aprender a utilizar de forma
eficiente los recursos, puesto que se trata de elementos
limitados. d) Promover una utilización sostenible de los
recursos de los ecosistemas marinos. Por supuesto estos
elementos tienen que ser integrados con el sector y más
específicamente con las distintas actividades relaciona-
das con la economía azul.
Dos ejemplos de estas actividades dentro de la EA. 1.
Turismo y desarrollo costero. El turismo convencional
suele marginar las costumbres y usos de las comunida-
des locales, esta tendencia, está cambiando en los últimos
años, puesto que muchos turistas están optando por va-
caciones amigables con el ambiente, en donde la presión
sobre los recursos naturales sea mínima, no se ocasione
una pérdida de autenticidad cultural y posibles impactos
negativos en el medio ambiente. Así que, la planificación
y una adecuada gestión es crucial para maximizar los
beneficios del turismo y minimizar los impactos negati-
vos. 2. Pesca recreativa y comercial, ya que una pesca
sostenible presenta numerosos beneficios económicos.
Las estimaciones consideran que con un marco de trabajo
generalizado de pesca sostenible se generaría un creci-
miento del número de especies superior al 15% en pocos
años (Zangrandosi, 2017). Así mismo, se ha notado un
aumento de la concientización de la población hacia es-
tas prácticas, lo que ha generado un mercado emergente
donde los clientes requieren productos que sean captura-
dos de forma sostenible tanto a nivel social como a nivel
ambiental, subrayando un nuevo compromiso entre los
consumidores y el ambiente.
Las actividades anteriormente descritas, son ejemplo de
actividades económicas en las que la Asociación Mix-
ta de Piangueros de Purruja (APIAPU) se ha enfocado,
aunque no ha logrado desarrollarlas de la mejor manera.
En el caso de la pesca sostenible, el grupo se ha organi-
zado durante años para formalizarse en la extracción de
moluscos de manera sostenible, y para el caso de la acti-
vidad de turismo tienen un gran potencial por desarrollar.
Según la legislación actual, los manglares son parte del
Patrimonio Natural del Estado (Reglamento Ley Forestal
7575 – Decreto Ejecutivo No. 25721 – MINAE; Decreto
Ejecutivo No. 36786-MINAET), y los usos permitidos
únicamente están referidos aquellos proyectos que no
requieran aprovechamiento forestal y que no afecten los
ecosistemas, la vida silvestre, los suelos, los humedales y
los sistemas acuíferos, excepto las actividades expresa-
mente permitidas por la Ley No. 6084 de Parques Nacio-
nales y la Ley No. 7317, Ley de Conservación de la Vida
Silvestre. Por lo anterior, una de las actividades que se
pueden desarrollar en el ecosistema de manglar, según el
Plan General de Manejo de los Manglares de Bahía Gol-
fito, es el turismo sostenible, a través de la planificación
de actividades de ecoturismo y reconocimiento de los
atractivos naturales de los Manglares y el fomento a la in-
corporación de buenas prácticas turísticas con los grupos
de guías locales, operadores y usuarios de los recursos.
Una herramienta que puede sustentar la actividad turística
en el manglar de Golfito es la planificación interpretativa;
el cual es un proceso estratégico que según el National
Park Service (2000), ayuda a definir los objetivos de ges-
tión para la interpretación y la educación, para facilitar
conexiones significativas entre los visitantes y los recur-
sos de un sitio; a su vez analiza exhaustivamente todas
las necesidades de interpretación de un sitio y determina
una amplia gama de servicios, entre ellos: instalaciones y
programas para comunicar de la manera más eficiente el
significado y los mensajes del sitio. Para Morales (1992)
este concepto tiene finalidades esenciales, tales como: a.
Comunicar el significado del lugar de forma interesante y
efectiva. b. Contribuir a la satisfacción de las necesidades
del visitante. c. Proteger el recurso. d. Mejorar la calidad
de vida de los habitantes locales.
Por su parte Brochu (2003) define la planificación inter-
pretativa como “un proceso de toma de decisiones com-
binando la necesidad de manejo, y el recurso con el deseo