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Yulök Revista de Innovación Académica, ISSN 2215-5147, Vol. 8, N.º 1
Enero-Junio 2024, pp. 69-80
Vargas, C. El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo. Reexiones
desde gustos y percepciones de sus oyentes.
El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo.
Reflexiones desde gustos y percepciones de sus oyentes
Carlos Vargas Loáiciga
Universidad Técnica Nacional, Alajuela, Costa Rica.
cvargasl@utn.ac.cr
https://orcid.org/0000-0002-6645-1424
Resumen
En el artículo se pretende reflexionar sobre la música reggaetón como un fenómeno sociocultural a partir de los gustos
y percepciones de las personas oyentes dentro de su vida cotidiana, para lo cual se toma en consideración categorías
teóricas como la socialización, la música como hecho sociocultural y de consumo. Para lograr el objetivo, se desarrolló
una revisión teórica para abordar con referencias actuales el reggaetón, seguidamente de un proceso metodológico
basado en el sondeo abierto con personas de diferentes edades, para brindar algunos indicios que evidencian cómo
el reggaetón, a pesar de ser un género de alto consumo cultural, ha sido también en parte por ser un producto estrella
dentro de la sociedad de la información y de la industria cultural de masas. Y es que la música, al ser una expresión
sociocultural e histórica, que representa colectividades y subjetividades, es también una representación de lo que es ser
latinoamericano.
Palabras clave: Socialización, dinámicas culturales, sociedad de la información, comportamiento cultural,
música popular.
Abstract
The purpose of this article is to reflect on reggaeton music as a sociocultural phenomenon based on the preferences and
perceptions of listeners in their daily lives, taking into consideration theoretical categories such as socialization, music
as a sociocultural fact and consumption. To achieve the objective, a theoretical review was developed to approach reg-
gaeton with current references, followed by a methodological process based on an open survey with people of different
ages, to provide some indications that show how reggaeton, despite being a genre of high cultural consumption, has
also been partly because it is a star product within the information society and the mass cultural industry. And the fa
cis that music, being a socio-cultural and historical expression that represents collectivities and subjectivities, is also a
representation of what it is to be Latin American.
Keywords: Socialization, cultural dynamics, information society, cultural behavior, popular music.
Reggaeton as a sociocultural phenomenon of consumption.
Reflections from preferences and perceptions of its listeners
Referencia/ reference:
Vargas, C. (2024). El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo. Reexiones desde gustos y percepciones de sus
oyentes. Yulök Revista de Innovación Académica, Vol.8 (1), 69-80. https://doi.org/10.47633/yjd9bg34
Recibido: 3 de noviembre 2023 Aceptado: 21 de diciembre 2023
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Vargas, C. El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo. Reexiones
desde gustos y percepciones de sus oyentes.
Introducción
Si se hace un recorrido sobre las etapas recientes de la
música latinoamericana, con particular énfasis a lo acon-
tecido en las últimas dos décadas, es decir, los inicios del
siglo XXI, se puede identificar muy rápidamente, cómo
el reggaetón ha sido el bastión y la cara representativa
de la región frente al mundo. En efecto, dentro de las re-
presentaciones sociales que se pueden resaltar dentro de
la región, sobresalen la alegría, la amistad, la familia, el
cariño por la cultura y, mucha de su alegría proviene de
las expresiones culturales, como lo es el baile y la música.
Así lo describe Conti (2017), en un artículo del Banco
Interamericano de Desarrollo denominado “¿Por qué
los latinoamericanos son más felices de lo que sugiere
su PIB?”, a partir del Informe Mundial sobre Felicidad
2017. En efecto, según la autora, en la vida de las perso-
nas latinoamericanas la vida social es uno de los aspec-
tos más sobresalientes para la satisfacción personal, pues
esto les ayuda a lograr un balance entre la vida personal
y las responsabilidades laborales. En consecuencia, la
amistad y la familia dentro de la vida cotidiana son tras-
cendentales, y esto es fundamental a la hora de asignar
un valor simbólico frente a dificultades vinculadas con
la estabilidad u oportunidades laborales, condiciones sa-
lariales y de vivienda u otros detalles socioeconómicos y
políticos. No obstante, el bienestar, detalla la autora, es
percibido por esos otros aspectos, inclusive muchas de
las expresiones culturales, dentro de las que se podrían
incluir el baile y la música.
De ahí que, en su momento con la música salsa, y aho-
ra con el reggaetón, se han percibido como expresiones
propias de la región que han trascendido e impactado a
otras regiones del mundo. En este escrito, se relaciona-
rá la música del reggaetón como una forma de expresión
latinoamericana que ha trascendido en dos décadas hacia
todos los ámbitos de la vida cotidiana, por medio de he-
rramientas propias de la sociedad de la comunicación y la
tecnología, al inmiscuirse en las perspectivas individua-
les y adaptadas dentro de las subjetividades como algo in-
evitable, pero propio de la región, por lo cual, su consumo
– como un consumo cultural – se ejecuta por transcursos
propios de la socialización del siglo XXI, es decir, por
redes sociales y dinámicas culturales aceleradas por las
herramientas tecnológicas.
Por tanto, el objetivo de este escrito es reflexionar sobre
la música reggaetón como un fenómeno sociocultural a
partir de los gustos y percepciones de las personas oyen-
tes dentro de su vida cotidiana. Para el desarrollo de este
objetivo, se ha estructurado una secuencia escrita basada
en: 1. Repaso sobre las diversas reflexiones académicas
que se han realizado sobre el reggaetón desde un enfoque
sociológico. 2. Un marco referencial de discusión teó-
rica sobre conceptos relevantes para este escrito, como
lo son las categorías de socialización, la sociedad de la
información y del consumo, la música como un hecho
sociocultural y el abordaje teórico sobre el reggaetón.
3. La descripción de la metodología aplicada en la que se
realizó un proceso de revisión bibliográfica, pero sobre
todo, se describe la recolección de un sondeo a personas
en general para identificar gustos y percepciones sobre el
reggaetón.
Antecedentes
La construcción de este escrito se realizó tras una búsque-
da de textos en los que el reggaetón se toma como objeto
de estudio y se analiza en relación con las identidades
(inclusive de género), como objeto de consumo, o por su
vinculación con la cultura latinoamericana (incluyéndose
como un fenómeno cultural). Este repaso teórico se hará
en orden cronológico.
Uno de los primeros documentos revisados fue el de
Lavielle-Pullés (2014), con el artículo “Del horror a la
seducción. Consumo de reguetón en la conformación de
identidades musicales juveniles”, quien relaciona el con-
sumo de la música como una categoría de análisis y la
vincula con la construcción de las identidades juveniles,
expresadas desde la música del reggaetón dentro del con-
texto cubano. Metodológicamente, la autora realizó la
investigación entre el 2010 y el 2013, y tomó como po-
blación a 75 personas entre catorce y veintinueve años de
edad; asimismo, se aplicaron entrevistas a profundidad y
analizó la imagen audiovisual obtenida desde videoclips.
Dentro de las principales conclusiones obtenidas por la
autora, se resalta el alto consumo del reggaetón como un
producto musical que depende principalmente de los mer-
cados y procesos comerciales a los que se está expuesta
la población joven, y que este consumo va en crecimiento
dentro de la población de jóvenes de Santiago de Cuba.
Posteriormente, Martínez (2015) con el artículo “Cultu-
ra, música y juventud: una reflexión acerca del reggaetón
como fenómeno cultural”, en el cual vincula la música
y la cultura, específicamente entre la industria musical
del reggaetón y las culturas emergentes juveniles en el
contexto mexicano. La autora retoma el concepto de la
cultura y su relación con la industria musical, dentro de
la cual, se ha acuñado a la cultura la palabra popular, para
brindar una caracterización que está directamente relacio-
nada con las industrias, principalmente las culturales y las
culturas de masas. Toda esta maquinaria, brinda diversos
estilos dentro de los que la globalización y la industria
del consumo, ha centrado su atención en población joven
para acotar dentro de la música del reggaetón, formas de
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
comportamiento, consumo y estilos (imágenes, objetos,
comportamientos, etc.).
Otro de los documentos científicos en los que se toma
como objeto de estudio el reggaetón, es “Ni pobre diabla
ni candy: violencia de género en el reggaetón”, de Aré-
valo, Chellew, Figueroa, Arancibia y Schmeid (2018).
En este escrito, las autoras analizan cinco tipos de vio-
lencia de género (física, sexual, económica, simbólica y
psicológica), a partir de una serie de canciones populares
de reggaetón latinoamericano entre el 2004 y 2017, según
el ranking de Billboard. Esta investigación de carácter
cuantitativa llega a concluir que los niveles globales de
violencia de género dentro de las canciones analizadas no
parecen disminuir en el tiempo, por lo que las masculini-
dades tradicionales mantienen resistencias, a pesar de la
búsqueda continua de denuncias sexistas de parte de las
mujeres, por lo cual, indican las autoras, el reggaetón y
su consumo, ha sido uno de las formas de subsistencia de
esas formas de violencia tradicionales.
Por su parte, Rivero (2020) realizó su trabajo final para
optar por el grado de maestría en Investigación en Filo-
sofía que lleva como título “Filosofía y reggaetón: una
perspectiva interseccional”, en este escrito, la autora
articula dos ejes fundamentales, primero es la revisión
histórica del reggaetón, donde revisa los inicios y el re-
corrido de ese género musical; mientras que el segundo
lo realiza desde una perspectiva interseccional entre los
conceptos de género y etnia, entendidos como un cruce
de desigualdades combinadas con las identidades socia-
les y la perspectiva feminista. La investigación concluye
indicando que el reggaetón es una producción cultural y
de magnitud que representa la sociedad contemporánea
globalizada.
Asimismo, otro trabajo final de graduación para obtener
el grado en Comunicación Social con énfasis en Radio de
la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia es el de
Castro (2021), quien realizó la investigación denominada
“Desmitificando el género urbano. Aspectos sociocul-
turales del reggaetón”, donde se desarrolla cronológica-
mente los distintos procesos, finalmente se logra recono-
cer el reggaetón como un género musical independiente
y reconocido, donde se recorre por las influencias en sus
orígenes, detalla los aspectos relacionados a los conteni-
dos, para finalmente, recaer en los posibles aportes so-
ciales. En ese sentido, y en ese orden, la investigación
concluye en que el reggaetón ha sido un género urbano
que surge tras la combinación de múltiples culturas y
sonidos, con una riqueza sociocultural y musical que es
desconocida por la mayoría de la población. Asimismo,
aunque en sus inicios tuvo polémicas por sus discursos en
las letras, ha variado en esto, y según el autor, ahora po-
see una variedad de temáticas que no encasillan el género
como negativo, vulgar o sexista. Finalmente, resalta que
el reggaetón ha sido creador de contenido crítico, ya que
no es ajeno a problemáticas sociales, y que su repercusión
social ha ido teniendo más alcance.
Otro documento relevante es el trabajo final de grado de
Rodríguez (2021), denominado “Dos caras de la misma
moneda. Una mirada sociológica sobre el reggaetón”,
donde se desarrollan dos perspectivas sobre la interpre-
tación del reggaetón: por un lado, como una forma de
reproducir la sociedad patriarcal, y por otro, como una
forma de liberación de las mujeres. En la investigación,
se toma como población de estudio al estudiantado del
Campus de Elviña de la Universidad de La Coruña en
España, para identificar su percepción sobre el reggae-
tón, sobre la identidad colectiva, el choque de valores
frente al reggaetón y el impacto que este puede producir.
Dentro de las conclusiones principales se encuentran las
percepciones del estudiantado en el que conservan que
este tipo de música sí es reproductora de imágenes mas-
culinizadas, donde el hombre es de dinero, violento, con
poder, heterosexual, y que las mujeres son todo lo con-
trario: sumisas, cosificadas y dependientes. Otro de los
elementos refiere a que, a pesar de eso, las mujeres se
han ido inmiscuyendo dentro del reggaetón obteniendo
voz dentro de esa industria. Esto, a su vez, ha permitido
que las mujeres puedan generar un movimiento de reivin-
dicación donde los mensajes son totalmente diversos y
diferentes a los de la primera etapa del reggaetón.
Por último, Torres (2021) escribió “La nueva religión que
hace lo que le da la gana: la revolución será feminista o
no será”, en el que la autora analiza cómo el reggaetón
es algo más allá de un género musical, y se ha converti-
do en un movimiento sociocultural y político, transgre-
sor de raza, de clase y de género. Este artículo realiza
una examinación de las producciones de Bad Bunny,
para responder cuestionamientos feministas sobre este
tipo de género musical. Dentro de las conclusiones que
obtiene la autora, se puede resaltar el énfasis que ha te-
nido el reggaetón como potencia musical, y le describe
como un movimiento político y social que ha posicionado
a poblaciones marginadas, empobrecidas y vulnerables.
Asimismo, la autora refiere que las estructuras de la di-
vulgación comercial son históricamente pertenecientes a
grupos sociales ricos y blancos, y que la colocación del
reggaetón es un logro que rompe con fronteras colonia-
les, para situar en incontables ocasiones, música hispana
como la de Bad Bunny.
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Vargas, C. El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo. Reexiones
desde gustos y percepciones de sus oyentes.
Marco teórico
Se han establecido tres puntos de discusión teórica,
para el desarrollo de este escrito, en la que se propone
ir construyendo elementos conceptuales, para lo cual
se toma como base algunas de las referencias descritas
en antecedentes, sumado a otros referentes adicionales.
En ese sentido, el primer punto de discusión teórica será
la contextualización en donde se pretende ubicar a la so-
ciedad de la información ubicada dentro del siglo XXI; el
segundo punto de discusión será los procesos de sociali-
zación como elemento clave en conjunto con la cultura de
masas, ya que estos son preponderantes para abordar un
fenómeno sociocultural y la vida cotidiana; y, finalmen-
te, se abordará a la música como un hecho sociocultural,
no sólo como expresión cultural y de vida cotidiana, sino
también como un producto de consumo y de valor econó-
mico para la industria, en donde se unirán otros elemen-
tos conceptuales en los que se entrelazará al reggaetón
como un producto de la cultura popular.
La sociedad de la información el contexto del siglo
XXI
Más allá de realizar una discusión de cómo se ha con-
formado la sociedad en el siglo XXI, en este apartado lo
que se pretende es describir una caracterización en la que
se pueda puntualizar los diversos componentes que son
transversales dentro de la cotidianidad de las personas.
En ese sentido, uno de los referentes teóricos para esta
caracterización, es el sociólogo Manuel Castells, quien
acuñó el concepto de la sociedad red, categoría que, se-
gún Alfonso (2016), se encuentra entre la sociedad de la
información y la sociedad del conocimiento.
Para Castells, citado en Alfonso (2016), “la generación, el
procesamiento y la transmisión de la información se con-
vierten en las fuentes documentales de la productividad
y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas
que surgen en este periodo histórico” (p.238). En efecto,
la vinculación entre los medios de producción basados
en las condiciones tecnológicas está entrelazadas en las
capacidades de producción y transmisión de la informa-
ción, de ahí que, para poder contextualizar la sociedad
del siglo XXI, es inherente referenciar en la sociedad del
conocimiento y las tecnologías de la información y la co-
municación (TIC).
Consecuentemente con lo que se describe anteriormente,
se puede acotar varios puntos que caracterizan a la socie-
dad del conocimiento y la información, delimitados por
Heindenreich, citado en Alfonso (2016):
1. la sociedad del conocimiento y la sociedad de la
información son conceptos similares en los que la
importancia de las tecnologías de la información y la
comunicación son parte relevante; 2. la producción
del conocimiento es un hecho de ser resaltado; 3.
es preponderante dentro de los procesos educativos
y formativos profesionales; 4. la producción basada
en el conocimiento es de creciente importancia en los
servicios en comunicación (p.238).
Si bien no es objetivo de este apartado hacer una compa-
rativa de las formas en las que se incidía en los otros tipos
de sociedad previo a la sociedad de la información, sí es
de recalcar que las formas en las que se han transformado
diversos ámbitos desde finales del siglo XX y acentuados
en el siglo XXI. En efecto, Alfonso (2016), al sintetizar
los aportes planteados por Wilke (1998), Gimeno (2001)
y Kruger (2006), resalta que uno de los ámbitos es la cul-
tura, pues el conocimiento construido es un debate cons-
tante a partir del uso del internet y el efecto que se ha
producido desde la globalización como contexto, “lo cual
indica un profundo cambio en los procesos culturales y en
las interacciones sociales relacionadas con el uso de las
nuevas tecnologías de información y comunicación, y los
avances en las tecnologías de tráfico” (p.239).
En ese sentido, es innegable que, si las dinámicas sociales
y económicas han variado por los efectos de la sociedad
de la información, la industria también se ha ido modifi-
cando y adaptándose para nuevas formas de producción
y de consumo. Así lo apunta Crovi (2005), al mencionar
que hay un creciente sector económico que está vincula-
do con la información y la comunicación que se conocen
como industrias culturales, las cuales han basado en una
industrialización creciente de la información, de la cultu-
ra y de los intercambios sociales y profesionales, tanto a
nivel nacional como internacional (p.30).
Por consiguiente, la información y la comunicación son
claves dentro de las dinámicas sociales del siglo XXI,
al considerar que hay una vinculación inmediata con las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y
que su característica relacionada a la inmediatez es clave
para que los nuevos sectores económicos se centren en las
industrias culturales como uno de los puntos de atracción
y producción más relevantes.
La socialización y la cultura de masas como puntos
clave
Las dinámicas sociales no se construyen desde la nada, al
contrario, poseen procesos históricos tras de sí, no sólo a
nivel subjetivo, sino también colectivo a la vez. En efec-
to, tal como lo apunta Martín-Baró (1990), las personas
desarrollan un proceso histórico y constante en el que se
inserta dentro de la sociedad y le hace integrante de esta,
es decir, se desarrolla como persona y como parte del
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
colectivo. Según el autor, este proceso tiene tres carac-
terísticas fundamentales: primero, es un proceso de desa-
rrollo histórico; segundo, es un proceso de desarrollo de
identidad personal; y, tercero, es un proceso de identidad
social (p.115).
A partir de las tres características planteadas, el autor
desarrolla algunos fundamentos teóricos para ampliar
la función y relevancia de los procesos de socialización
dentro de la construcción de las identidades subjetivas y
colectivas, siendo punto medular para el desarrollo de las
personas y de la sociedad. Otros autores como Berger y
Luckman, Martín-Baró (1990) profundizan en la sociali-
zación y describen que existe la socialización primaria,
entendida como un proceso de incorporación inicial don-
de las personas van desarrollando su identidad personal y
colectiva, adquiriendo toda una serie de complejidades de
normas y detalles psicosociales, es decir, van adquiriendo
una serie de elementos en el que la persona estructura
que “pertenece a un grupo social, a una sociedad, forma
parte objetivamente de ella; pero, a su vez, la sociedad, su
grupo es constitutivo esencial de su ser personal”, siendo
la familia la institución social preponderante en este pro-
ceso (p.119). Mientras que la socialización secundaria,
continúa el autor, es un proceso en el que las personas van
adquiriendo conocimientos diversos, por medio de otros
órganos sociales fuera de la familia, que van enmarcando
otras formas de conocimientos sociales como lo pueden
ser los roles sociales, la división social del trabajo, entre
otros marcos cognitivos relevantes para la vida social.
En ese sentido, los procesos educativos brindados por las
escuelas y los colegios, así como la iglesia, los medios
de comunicación masivos, entre otros, escalas de cono-
cimientos preponderantes dentro de la socialización se-
cundaria; no obstante, los grupos sociales también juegan
un papel determinante, ya que otras personas que están
dentro de ese proceso, cumplen otros roles y funciones de
importancia dentro de la socialización secundaria, como
lo son los grupos de pares (grupos de amigos y amigas)
(p.120).
Es decir, como sociedad, todas las personas dentro de su
subjetividad y, en suma, todos los grupos sociales, he-
mos pasado por diversos procesos dentro de los que he-
mos aprendido a ser sociales. Es importante resaltar que,
como lo describe Martín-Baró (1990), dentro de las ca-
racterísticas de la socialización se encuentra que todo ese
mundo social y subjetivo que van adquiriendo las perso-
nas, se encuentra delimitado por un tiempo y un espacio,
ya que todos los conocimientos adquiridos son contex-
tualizados bajo esos dos elementos y, por tanto, brindan
una caracterización particular (p.115). De esta forma, esa
contextualización brinda una serie de elementos sociales
como el idioma, religión, cultura, clase social, ubicación
(rural/urbana), posición política, costumbres, valores, en-
tre otros muchos más, que si bien, no siempre van a ser
estáticos, sí son transversales dentro de la vida subjetiva
y colectiva.
Ahora bien, como se puede notar, la cultura y la socializa-
ción están entrelazadas, ya que la primera es un concepto
que posee un enfoque antropológico con ciertas carac-
terísticas importantes. Para Martínez (2015), la cultura
proviene del latín cultura, el cual significa “el cultivo o
cuidado de algo”, inicialmente acuñado hacia el cultivo
del campo y de animales, y que, posteriormente, se fue
desarrollando hacia el cultivo de la mente humana (p.18-
19). Desde esa perspectiva, y con los estudios antropoló-
gicos para ampliar la concepción, se ha avanzado al con-
cepto de cultura más ligado a la sociedad civil, al hacer,
a los aspectos simbólicos y a los procesos de interacción
social. En efecto, Martínez (2015), citando a Thompson,
detalla que los usos de la cultura pueden ir caracterizados
por los diversos usos y métodos con los que los empleos
de la cultura; y esto lo refuerza citando a Tylor, quien
elaboró una definición antropológica de la cultura y la
describe como
cultura o civilización, tomada en su sentido etnográ-
fico amplio, es una totalidad compleja que incluye
el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las
leyes, las costumbres y cualquier otra capacidad y há-
bitos adquiridos por el hombre como miembro de la
sociedad (p.19).
Esta perspectiva que brinda Martínez (2015), da pie a
entrelazar que dentro de las dinámicas sociales existen
procesos evolutivos dentro de los que se expresan “el ser
social”, visto no sólo como un conjunto de normas que
sirven para convivir, sino, también con un conjunto de
subjetividades y colectivos que se expresan por distintos
medios, y que en suma, han ido constituyendo una se-
rie de procesos que se han tornado costumbres, hábitos y
prácticas que han sido parte de las culturas antiguas y que
siguen siendo parte de las culturas presentes. Tal y como
lo plantea la autora,
En ese sentido, la música puede ser un ejemplo y
considerarse como superviviente, debido a que desde
hace siglos se encuentra presente en las prácticas cul-
turales de las sociedades y continúa vigente en éstas,
sin embargo, ha sufrido transformaciones en el des-
empeño de sus funciones sociales, de ahí que sea su-
perviviente: es forma de expresión, de comunicación,
pero ahora también en mercancía que está inmersa
en procesos de producción, distribución y consumo
(p.19).
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
La música como hecho sociocultural y de consumo:
el reggaetón como producto de la cultura popular
La música, como expresión cultural, tiene un papel muy
importante dentro de la sociedad y en las subjetividades.
En efecto, según Ramírez (2006), la música está rela-
cionada con las identidades colectivas de dos maneras,
por un lado, refiere a ser un tipo accesorio de un gru-
po o una identidad colectiva, es decir, “es reflejo de esa
identidad en los terrenos artístico y cultural”, por lo cual,
es más “una expresión de una etnia, de una clase so-
cial, de un pueblo, de una nación, una cultura, etcétera”.
Mientras que la otra manera, indica el autor, “se refiere a
la derivación de una identidad colectiva sobre la base de
una preferencia musical” (p.251). Bajo esa perspectiva,
Ramírez (2006) indica que “la música es social, cultural
e histórica”, por lo cual, como tal “no existe la música
fuera de la sociedad”, y, dentro de sus características,
contiene expresiones socioculturales dentro del discurso
musical, contenido que invoca una serie de aspectos pro-
pios de la colectividad y la subjetividad, es decir, “posee
una capacidad interpelativa que, a través de la emotivi-
dad, crea ciertas identidades en el ámbito social” (p.261).
Por consiguiente, explica Ramírez (2006), “la música
crea sentidos de pertenencia en la medida en que configu-
ra un universo de sentidos que permite una identificación
intersubjetiva” (p.262).
La música, así como otras formas de expresión de la
cultura, en su concepción de “ser culto”, estaba valora-
da como un gusto de una clase social alta. Así lo explica
Rivero (2020), quien detalla que la cultura era sinónimo
de “gusto por el arte, la filosofía o la literatura solo podía
alcanzarse perteneciendo a una clase social elevada”, a
lo cual, se le denomina como “cultura de élite” (p.27).
Entonces, se entra a una línea de discusión en la que
la cultura, a pesar de ser un producto social que puede
caracterizar etnias, hábitos, costumbres, valores, entre
otros, no sólo de las sociedades actuales, sino de socie-
dades pasadas, entremezclándose y configurando nuevos
significados. Bien apunta Martínez (2015) que la relación
entre la música y la cultura está permeada por la institu-
cionalización social entre lo colectivo, lo subjetivo y su
significancia, ya que los
sonidos y ritmos en sus prácticas sociales y rituales,
allí la música logra estar inmersa en la cultura como
una forma de expresión y comunicación de pensa-
mientos y sentimientos, pero también en esta relación
es donde la música funciona como un acompañante en
las relaciones sociales (p.21).
Desde esa perspectiva, Martínez (2015) apunta a que, a
pesar de ser expresiones – como la música – que pueden
considerarse como supervivientes, “ha sufrido transfor-
maciones en el desempeño de sus funciones sociales, de
ahí que sea superviviente: es forma de expresión, de co-
municación, pero ahora también en una mercancía que
está inmersa en procesos de producción, distribución y
consumo” (p.19).
Por consiguiente, la música es una expresión sociocultu-
ral, pero a la vez, construye identidad y sentido de per-
tenencia. De ahí que, en otros momentos, representaba
cultura de élite. Sin embargo, diversos autores concuer-
dan en que la inclusión de las tecnologías dentro de la
sociedad, aunado a la continua mercantilización de todo
lo social, como producto ha sido masificado y comercia-
lizado, por una industria de lo cultural o industria cultu-
ral, tal y como se describió en el punto de “socialización
y cultura de masas como puntos clave”. No es menester
de este escrito discutir sobre las capacidades críticas para
las sensaciones de libertad frente al consumo, pero sí se
busca resaltar la relación entre la industria cultural, la po-
pularización de la manifestación cultural de la música, y
el enfoque de masas.
Entonces, para profundizar en ese debate, es importante
resaltar el concepto de “popular” y de “masas”, pues son
claves para visualizar cómo la música se puede ver como
un fenómeno sociocultural. Desde esa perspectiva, Mar-
tínez (2015) describe lo popular como una palabra con
diversos significados, pero que regularmente “se le cir-
cunscribe, por un lado, con prácticas relacionadas con el
folklore, tradiciones o creencias religiosas. Y por otro, se
le ha limitado como algo o alguien ordinario, pertenecien-
te a un estrato socioeconómico bajo, al vulgo, al pueblo”
(p.20). La autora lo complementa con cita a García Can-
clini, quien profundiza en la relación de lo popular con
desigualdades, pues indica que lo popular constituye en
“las formas con que los sectores subalternos reproducen,
transforman y representan sus condiciones de trabajo y de
vida” (p.20). Como complemento de lo anterior, Martínez
(2015), citando a Shuker, detalla que “lo popular es la
masa, la masa es lo popular”, por lo cual, basándose en
Ortega y Gasset, explica que:
…lo que define a la masa es su carácter homogéneo,
dado que su principal característica es generar una
identidad colectiva que propicie una sociedad unifor-
me: una sociedad de masas. Donde la sociedad-masa
tiene como característica principal, la necesidad de
ser dirigida y moldeada por un agente externo, dado
que no es capaz de dirigirse a sí misma (p.21).
Como se ha descrito con anterioridad, al igual que Martí-
nez (2015), Rivero (2020) coincide también en que lo po-
pular y las masas están entrelazadas. Pero específicamen-
te, resalta que existe una cultura de masas y que ese fac-
tor externo que menciona Martínez refiere directamente
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Vargas, C. El reggaetón como fenómeno sociocultural de consumo. Reexiones
desde gustos y percepciones de sus oyentes.
a hombres de alta clase socioeconómica y de negocios,
y que la cultura de masas tiene una conexión “casi auto
impuesta, a las clases sociales medias y bajas” (p.27).
Citando a Domínguez, Rivero define cultura de masas
como:
es una cultura que en su carácter esencialmente ur-
bano y, por lo tanto, moderno permea al conjunto de
la sociedad, pues habiendo en esta –al menos teóri-
camente– igualdad entre todos sus miembros, no co-
noce fronteras ni compartimentos estancos, y viene
impuesta además desde arriba por los hombres de ne-
gocio en su deseo de controlar e influir en el grueso de
la población (p.27).
Consecuentemente se llega al concepto de la música po-
pular en el que se encuentran dos perspectivas, la primera
refiere a la relación con la vida social y cotidiana, donde
es expresión de grupos sociales y, con ello, construyen
significados y generan identidades colectivas; mientras
que, por otra parte, se encuentra la masificación de la in-
dustria cultural, la cual, se basa en la capacidad de divul-
gar y transmitir esa música a la masa para que pueda ser
compartida en todos los ámbitos sociales, es decir, una
forma de entretenimiento necesario para la población.
Por consiguiente, hay que puntualizar en la referencia
de lo que se entiende como industria cultural, según lo
explica Bertucci (2013), quien se basa en Horkheimer y
Adorno, para describir que esta industria se encarga de
disponer a las masas los productos culturales y artísticos
que eran para pequeños grupos privilegiados, no obstan-
te, su razón de ser es el consumo, no la democratización
del arte y la cultura, que impone qué consumir. En ese
sentido, explica la autora, se pasa de necesitar del valor
de algo que sea categorizado como artístico o cultural
para vender, sino que se presenta como productos para la
diversión (p.4).
Bajo esa perspectiva, Adorno, en Rivero (2020), carac-
teriza a la música popular y la vincula directamente con
las masas. En efecto, para Adorno, para las masas el arte
se vincula con la distracción, con pasar el tiempo libre,
“quieren aliviarse simultáneamente tanto del aburrimien-
to como del esfuerzo. Toda la esfera del barato entreteni-
miento comercial refleja este doble deseo. Introduce al
relajamiento porque está pautada y predigerida” (p.27).
De esta forma, la vinculación directa entre la masa popu-
lar, como un grupo definido entre clases sociales medias
y bajas, implica que posee presiones sociales por el tra-
bajo y complicaciones económicas, por lo que, se asume
una vida cotidiana pesada en la que simplemente necesi-
ta dejarse llevar por la diversión y la distracción. Rivero
(2020) lo reafirma e indica que “el agotamiento al que
es sometido rutinariamente el espectador medio duran-
te su jornada conlleva a que el consumo predilecto por
el mismo sean contenidos fáciles, digeribles, asumibles,
distractores y entretenidos” (p.27).
Es aquí donde entra el reggaetón, pues es un estilo de mú-
sica que ha sido caracterizado de todas las formas en las
que se ha discutido en este escrito: música de carácter po-
pular, que proviene de barrios latinoamericanos de clase
baja. En efecto, tal y como lo describe Rodríguez (2021),
el reggaetón es un género musical que nació tras la com-
binación de varios ritmos del reggae, hip-hop, iniciado en
la década de los 90`s por parte de agrupaciones clandesti-
nas pertenecientes a esferas marginales, es decir, de clase
pobre de los países de Panamá, Puerto Rico, Jamaica y
Nueva York (p.3). A partir de la década del 2000, indica
la autora, empezó a tener más influencia comercial, y a
nivel internacional se le recibió como reggaetón. Si bien
en sus inicios, describe Rodríguez (2021), el contenido
era bastante violento y con fuerte lenguaje, con su comer-
cialización su tono fue bajando y los ritmos fueron ya no
eran improvisados, para conseguir encajar en el mercado
musical (p.4).
Conforme fue evolucionando en el mercado, indica Ro-
dríguez (2021), las canciones del reggaetón se armoniza-
ron con ritmos simples y repetitivos que se acompañaron
con letras fáciles de entender, por lo cual, fue aceptado rá-
pidamente por diversas poblaciones, dentro de las que se
pueden destacar la adolescente. Según la autora, basado
en Martínez y Durkheim, los mensajes que se reproducen
desde la música del reggaetón producen comportamien-
tos colectivos que las personas adaptan y comparten de
una manera determinada, a mencionar: la vestimenta, los
discursos y códigos de comportamiento; y esto, a su vez,
les diferencia de otros grupos o colectivos de personas
(p.6).
Gutiérrez et al (2022), plantea diversas justificaciones que
explican el éxito de la música reggaetón está relacionado
desde varias perspectivas: la primera, refiere a que la in-
dustria de música del reggaetón posee herramientas de
marketing que están más allá de la simple presencia en re-
des sociales, sino que, hay “especial cuidado en aspectos
relativos a la planificación, creación y perfeccionamiento
de marca, imagen, letras, videos, conciertos y entrevis-
tas” (p.173). El reconocimiento, dentro de la sociedad de
la información y la comunicación, es determinante para
que, ante tanta exposición desde los diversos mecanismos
actuales para la transmisión de la información, debe ser
clave, de ahí que Gutiérrez et al (2022) describen que
…la creación de una marca personal se ha convertido
en una habilidad esencial para aquellos profesionales
que se dedican a la música que deseen que su carre-
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
ra sea próspera y exitosa, pues permite aumentar el
reconocimiento por parte del público al fomentar las
relaciones personales y mejorar la reputación (p.173).
Otro punto clave que Gutiérrez et al (2022) plantean, es
el relacionado a la vinculación que tiene la música con el
entorno social de las personas, es decir, que la imagen de
las personas cantantes de reggaetón es potencializada por
los diversos espacios digitales como Spotify o Youtube,
lo cual, permite la socialización en grupo, principalmente
en grupos de personas jóvenes, quienes idolatran a es-
tas personas artistas, desean reproducir sus imágenes con
vestimentas y otros objetos (p.174).
No obstante, no se puede únicamente enfocar que la
población adolescente y joven es a la que les llega este
éxito, ya que también otras poblaciones adultas, ya que
como lo exponen Gutiérrez et al (2022), el reggaetón a
pesar de las críticas que recibe desde diversos contextos
que le aquejan de reproducir estereotipos de género, con-
ductas violentas, sexualización y el disfrute sin límites,
es un género de música popular que ha tenido gran éxito,
probablemente por otras características más vinculadas
como fortalezas desde el público, como lo son: “su ritmo
alegre, las letras pegadizas o su contribución a la dife-
renciación personal o la pertenencia al grupo” (p.174),
lo que coincide con los argumentos de Adorno y Rivero
que anteriormente se expusieron en los que se detalla esa
necesidad de entretenimiento, distracción y disfrute fuera
de la vida cotidiana.
Metodología
La metodología que se aplicó en esta investigación es
descriptiva, la cual, según Bernal (2010), se entiende
como aquella en que “se reseñan las características o ras-
gos de la situación o fenómeno objeto de estudio”.(p.)
Dentro de sus características, se encuentran la capacidad
para seleccionar particularidades fundamentales del ob-
jeto de estudio y su descripción detallada de las partes,
categorías o clases de ese objeto (p.113). Asimismo, esta
investigación es enmarcada en el enfoque cuantitativo,
que para Bernal (2010), se caracteriza como aquella que
pretende medir los fenómenos sociales, así como genera-
lizar y normalizar resultados (p.60).
Por otra parte, la investigación utilizó como herramienta
el sondeo, el cuál es definido por Arroba (2000) como
una encuesta relámpago con un número reducido de pre-
guntas, y que pretende medir actitudes y opiniones acer-
ca de un hecho o fenómeno. Bajo esa caracterización, se
realizó un cuestionario de diez preguntas, que se colocó
en redes sociales como Whatsapp e Instagram para apli-
car por un periodo de tres días en marzo de 2023 y se
obtuvo un total de 56 respuestas de diversas personas.
Es importante resaltar que, al ser un sondeo, la escala de
representación de las respuestas es corta, pero brinda lu-
ces de ciertos elementos que se desean desarrollar dentro
del objetivo, por lo cual, la escala numérica que se utili-
zará en los resultados será entera y no porcentual, ya que
al ser un instrumento corto y de baja representatividad,
no se generalizará los datos, sino que se analizará como
posibles tendencias.
Resultados
Tal y como se describió al inicio de este escrito, el objeti-
vo planteado es el de reflexionar sobre la música reggae-
tón como un fenómeno sociocultural a partir de los gustos
y percepciones de las personas oyentes dentro de su vida
cotidiana. Asimismo, como se indicó en la sección me-
todológica, no se usarán datos porcentuales, sino enteros
por la escala de representatividad.
Para iniciar, la mayoría de las personas que decidieron
participar fueron mujeres, ya que, de las 56 respuestas ob-
tenidas, 46 eran de mujeres y solamente 10 eran hombres.
Por otra parte, en cuanto a la edad, hay una diversidad
en las edades, pero se concentran de la siguiente manera:
7 oscilan entre los 18 y 25 años, 21 entre 26 y 35 años, y
22 entre 36 y 45 años. Por lo cual, solo en estas secciones
etarias, encontramos el peso de las personas participantes.
Otra de las consultas dentro del sondeo, cuestionaba la ra-
zón para escuchar reggaetón, y en esta pregunta se brindó
una lista de opciones y se permitió responder más de una
opción y se dejó abierta una opción adicional para que
colocara alguna otra razón que no contemplara. De esta
forma, las razones que más fueron seleccionadas fueron
“me gusta bailarlo” que la seleccionaron 27 de 56 per-
sonas; seguida de “me alegra el momento” con 25 de 56
personas; “le he tomado el gusto porque lo ponen en to-
dos los sitios” seleccionada por 24 de 56 personas; y “me
brinda la energía que necesito” fue elegida por 18 de 56
personas. Para complementar la pregunta anterior, tam-
bién se consultó referente a que, si al tener la capacidad
de control sobre la música, el reggaetón sería la primera
opción para escuchar que escogería, 36 de las 56 de per-
sonas indicaron que no sería su primera opción, mientras
que 20 seleccionaron que sí lo escogerían.
Otra de las preguntas refería a la frecuencia con la que
se escucha este tipo de música, para lo cual, se brindó
una frecuencia desde lo diario dentro de una semana has-
ta casi nunca. La primera referencia “siempre, todos los
días de la semana”, fue seleccionada por 4 de 56 perso-
nas, por lo que fue una de las menos escogida por las
personas participantes; mientras que “casi todos los días
de la semana”, que es una escala un poco menor, fue la
más seleccionada, ya que 20 de las 56 personas indica-
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
ron esa frecuencia; mientras que “en ocasiones, dos o tres
días a la semana” fue seleccionada por 12 de 56 perso-
nas; asimismo, la frecuencia “casi nunca, solo un día a la
semana” fue seleccionada por 19 de 56 personas, siendo
la segunda más elegida por las personas participantes; y,
finalmente, solamente 1 persona escogió “una o dos ve-
ces por semana”.
Complementando este primer bloque de preguntas, se
consultó relacionado a lo que es el reggaetón, para lo
cual, 9 de 56 personas indicaron que es “mi música favo-
rita”; mientras que 23 de 56 personas manifestaron que
“no es mi música favorita, pero me agrada escucharla con
regularidad”; y, por último, con un número similar a la
respuesta previa, 24 de 56 de personas seleccionaron que
“prefiero otros ritmos, pero es inevitable escucharla por-
que en todos los sitios la ponen”.
Para la próxima pregunta realizada, se presenta el si-
guiente cuadro:
Dentro del sondeo, se establecieron diversas premisas
que caracterizan al reggaetón desde diversas perspecti-
vas, y se consultó a las personas participantes para que
brindaran su percepción sobre estas. En ese sentido, es-
tas premisas eran líneas que se podían interpretar como
favorecen o desfavorecen al reggaetón. Por ejemplo, la
primera, “aunque me gusta, me parece que el reggaetón
es un género que promueve la cosificación de las muje-
res”, 42 personas manifestaron que están de acuerdo; y,
en esa misma línea, buscando reafirmar esta opinión, otra
de las premisas relacionadas a las mujeres, fue que “el
reggaetón empodera a las mujeres desde sus cuerpos”, en
esta, 42 personas están en desacuerdo, coincidiendo en
percepción con la primera premisa. Desde esa perspec-
tiva, a pesar de que hay un gran debate relacionado a la
evolución que ha tenido el reggaetón con respecto a la
participación de las mujeres de una manera más activa y
crítica, si se compara a los inicios, la percepción de las
personas participantes en el sondeo confirma que todavía
se le ve al reggaetón como un género musical que no ha
logrado empoderar a las mujeres.
Otras de las premisas expuestas a la función social que se
puede obtener del reggaetón, es la relacionada a que “el
reggaetón es un estilo de música que promueve la crítica
social”, a lo cual, 35 personas indicaron que están en des-
acuerdo, mientras que 21 personas sí estuvieron de acuer-
do. En ese sentido, al ser un ritmo que se ha reconocido
como latinoamericano, se quería conocer si las personas
lo consideran como un género que promueve la crítica, no
obstante, aunque no es contundente en cuanto a la dife-
rencia entre quienes sí lo piensas y quienes no, la mayoría
todavía percibe que no está promoviendo la crítica social.
Bajo una premisa similar, se consultó si “el reggaetón es
un estilo musical que ha roto estigmas de la cultura mu-
sical por sus orígenes (barrios pobres latinoamericanos)”,
para lo cual, 36 personas manifestaron que sí están de
acuerdo. Hay que recordar que los orígenes del reggaetón
están en barrios marginados de Panamá y Puerto Rico,
para lo cual, también hay que subrayar otro aspecto prin-
cipal: proviene de un estilo de música vinculado a la cul-
tura popular, por lo cual, se carga con una gran cantidad
de estigmas sociales que, parece que, con su evolución en
estas dos décadas del siglo XXI, se han ido rompiendo
de a pocos.
Cuadro 1
Percepción sobre algunas premisas relacionadas a la música reggaetón, según la opinión de algunas personas que lo escuchan
Nota: Elaboración propia.
Premisas sobre el reggaetón De acuerdo En desacuerdo
Aunque me gusta, me parece que el reggaetón es un género que pro-
mueve la cosificación de las mujeres
42 14
El reggaetón es solo un ritmo que invita a pasarla bien 41 15
El reggaetón es un estilo de música que promueve la crítica social 21 35
El reggaetón empodera a las mujeres desde sus cuerpos 14 42
El reggaetón es un estilo musical que ha roto estigmas de la cultura
musical por sus orígenes (barrios pobres latinoamericanos)
36 20
El reggaetón ha permitido la evolución en cuanto a creatividad musical 26 30
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
Las otras dos premisas tenían relación con el reggaetón y
su función musical, para lo cual, se consultó por la pre-
misa “el reggaetón ha permitido la evolución en cuanto a
creatividad musical” y “el reggaetón es solo un ritmo que
invita a pasarla bien”. En el caso de la primera, fue una
de las que obtuvo respuesta más equilibrada, ya que 30
de 56 personas manifestaron que están en desacuerdo, por
lo cual, 26 indicaron que sí estaban de acuerdo. En ese
sentido, hay una división por parte de las personas par-
ticipantes que lo perciben como un género musical crea-
tivo. Por otra parte, una de las nociones más recurrentes
del reggaetón es que se relaciona con divertirse, moverse,
pasarlo bien, por lo cual, con la premisa “el reggaetón
es solo un ritmo que invita a pasarla bien”, 41 personas
indicaron que están de acuerdo, siendo esta una de las
premisas que más percepción positiva tiene por parte de
quienes participaron hacia el reggaetón.
Bajo la misma línea de la última premisa, se consultó para
que las personas participantes manifestaran con una fra-
se o una palabra, qué sentían al escuchar reggaetón. Para
describir sus respuestas, se podrían valorar en dos gran-
des bloques: quienes simplemente pasan un rato ameno
social, y quienes lo encuentran como un mecanismo de
ritmo y baile. Para el primer bloque, se dieron manifesta-
ciones como “divertido”, “me gusta el ritmo”, “vacilón”,
“es una música para acompañar, generalmente para hacer
cosas”, “música alegre”, “música para no pensar”, inclu-
so hasta “nada especial”. Mientras que, para el segundo
bloque, es mucho más efusivo en sus respuestas, en las
que se pueden encontrar “sal y perrea”, “ganas de bailar”,
“alegra la fiesta”, “felicidad y sensualidad”, “pasión”, “el
ritmo que me activa para mis actividades diarias”, “me
invita a bailar”, “ganas de bailar” y “energía”.
Análisis
Hay dos grandes bloques de preguntas que se han descri-
to en los resultados del bloque anterior, por un lado, en
el primer bloque de preguntas, podemos encontrar una
cierta tendencia que se podría dividir en dos grandes gru-
pos, primeramente, se encuentran las personas que abier-
tamente están a gusto con este estilo musical, mientras
que el otro grupo es uno que se ha ido adaptando tras la
exposición. Esto se refleja primeramente en la posibili-
dad de escogencia, ya que más de la mitad manifestó que
el reggaetón no es su primera opción a la hora de tener
el control sobre la música. Otro elemento para reafirmar
este planteamiento refiere a que casi la mitad de las per-
sonas indicó que le ha tomado el gusto tras la gran expo-
sición que tiene este género musical. No obstante, es in-
negable que el reggaetón implica alegría, ganas de bailar
y energía, pues estos tres elementos fueron manifestados
por la mitad de las personas participantes. En ese senti-
do, también se puede desprender algunos otros aspectos,
como lo puede ser la imagen corporal, el uso de ciertas
modas en la vestimenta, zapatos, peinados, e incluso, el
lenguaje. Esto se puede ver perfectamente en el caso de
Bad Bunny, pero hay múltiples agrupaciones y cantantes
que lo han hecho desde su inicio, como lo puede ser más
reciente el caso de Karol G, J Balvin; o más atrás, como
lo pudo ser Daddy Yankee, Don Omar, Ivy Queen, Tego
Calderón, entre otros.
En consecuencia, bajo la perspectiva de esos dos grandes
bloques de personas que escuchan el reggaetón, hay un
posible detalle a resaltar: este género se puede interpretar
como algo inevitable, ya que ese grupo proyecta una per-
cepción de que el reggaetón tiene un nivel alto de éxito
y que en muchos espacios sociales la exponen; mientras
que la otra mitad, a pesar de que no es la música favorita,
sí es del agrado, muy amarrado a las otras preguntas que
se realizaron, en las que se puede visualizar que hay una
regularidad en la frecuencia de su escucha.
Por consiguiente, el análisis descriptivo que se detalla
en resultados a partir del sondeo realizado brinda luces
a ciertos elementos que, desde un punto de vista teóri-
co, se han ido trazando en diversas investigaciones aca-
démicas de diferentes especialidades. Por ejemplo, no
se puede ocultar los planteamientos de Martínez (2015),
basado en García Canclini, trazaba respecto al papel de
la cultura popular, en la que las masas ejecutan ciertos
comportamientos grupales que son preponderantes para
la vida social de las personas, y que el consumo de las
masas, se manifiesta a partir de grupos con características
socioeconómicas similares y con fines similares, tal es
caso de la diversión, el pasarlo bien, siendo la cultura po-
pular latinoamericana, reconocida mundialmente por ese
estilo de diversión.
En ese sentido, Rivero (2020) resalta muy bien esta carac-
terística en las culturas de masas, ya que la identificación
grupal, al ser uno de los aspectos más relevantes dentro
de la vida social, la industria de masas ha encontrado la
forma en la que se venda el producto del reggaetón, aso-
ciándolo como un mecanismo de escape, de diversión, de
pasarlo bien, especialmente en grupo, para retirarse del
estrés cotidiano que da y promueve la vida con responsa-
bilidades. No pertenecer a un grupo que le guste divertir-
se, es alejarse de la vida social, aspecto no menor dentro
de cualquier ser social, tal y como lo apuntan Gutiérrez
et al (2022).
De ahí que, para entrar en la fase de diversión y de pasar-
la bien, se utiliza como instrumento el reggaetón, que ha
sido inmiscuido en la vida cotidiana de todas las formas
posibles, que tiene como vehículo a toda velocidad a la
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desde gustos y percepciones de sus oyentes.
tecnología por medio de las redes sociales, que, al ser par-
te de las socializaciones dentro del siglo XXI, no es fácil
resistir a ser parte de ello, tal y como lo apuntan Gutiérrez
et al (2022) y Alfonso (2016).
Conclusiones
La música es una expresión de la cultura, y posee un pa-
pel preponderante dentro de las personas y las diversas
sociedades, ya que no solamente es expresión artística y
cultural, si no, también puede ser representación de las
identidades de un grupo de personas con características
étnicas y de otras formas más. Por ello, como producto
sociocultural e histórico, la música juega un papel deter-
minante en las personas y los grupos sociales, es decir,
reafirman identidades subjetivas y colectivas.
Ante ello, como producto sociocultural, refleja mucho de
lo que acontece en tiempo y espacio, por lo cual, la mú-
sica en Latinoamérica, en donde la cultura popular es un
vehículo que resuena en la mayoría de las clases sociales
que, por sus condiciones socioeconómicas, tienden a bus-
car mecanismos de escape frente a la rutina del trabajo y
las obligaciones cotidianas, exacerbado por las realidades
en las que las nuevas tecnologías de la comunicación y la
información, en especial desde las redes sociales, avasa-
llan con muestras de posible consumo que simplemente
nos lo hagan pasar bien.
Ante ello, la industria de la cultura popular ha sido suma-
mente ágil, y han construido diversos mecanismos en los
que se tomó una expresión de la música popular, como lo
es el reggaetón, nacido en los barrios pobres de Panamá
y Puerto Rico, y le ha ido ofreciendo un camino de venta
y consumo para que la mayoría de las personas simple-
mente la pasemos bien, a tal punto que, aunque se pueda
ser una persona que no le agrade del todo este tipo de
música, le tomé el gusto porque se encuentra en todos los
sitios a los que va, o bien, simplemente porque la cultura
latinoamericana, que le agrada el baile, el pasarlo bien en
familia y amigos, es decir, es muy sociable; dentro de la
vivencia de esa sociabilidad, no hay más que adaptarse a
ese gusto y divertirse.
Este trabajo ha dejado portillos que pueden ser analizados
con mayor profundidad, como, por ejemplo, el uso de la
música como elemento clave para el consumo de masas
y la reproducción de estigmas sobre este tipo de música
frente a otros estilos, detalles que desarrollan autores ya
mencionados en el escrito como Arévalo et al, Castro, Ri-
vero, entre otros.
Por consiguiente, algunas recomendaciones pueden ir
enmarcadas en tomar una mayor muestra de población
para que brinde su percepción sobre este tipo de música,
o bien, utilizar otras técnicas y herramientas de investiga-
ción para reafirmar o confrontar algunos de los elementos
aquí presentados desde el sondeo, como por ejemplo, el
vínculo del gusto por el reggaetón como una forma de
presión suave por tener esta música en todos los espacios
que se visitan, o la percepción del reggaetón como un gé-
nero musical que rompe con estigmas de clase y fomenta
la creatividad; y por último, profundizar en la relación
del reggaetón como un vehículo para el empoderamiento
de las mujeres o reproductor de estereotipos machistas y
patriarcales.
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